Los valientes novilleros que mantienen una huelga de hambre afuera de la plaza Santamaría, en Bogotá, Colombia, son amenazados de muerte, y un grupo de antitaurinos aseguran que el domingo les liquidrán.
El alcalde de Bogotá, el ex guerrillero Gustavo Petro, no ha hecho nada al respecto, pese a que por ley, está obligado a permitir que vuelvan las corridas de toros al coso bogotano.
Los novilleros colombianos en huelga de hambre por la apertura de la Santamaría de Bogotá cumplen sesenta días de protesta.
Recientemente, a través de motonetas, han comenzado a lanzar folletos intimidatorios en las zonas aledañas al coso.
De hecho se está convocando a una manifestación antitaurina y en los volantes que se reparten aparece la frase: ‘El domingo limpiaremos a la sociedad de esos asesinos en potencia. Correrá la sangre’.
En tanto todo esto sucede, Petro se ubica en la más absoluta inacción porque no sólo retrasa a más no poder la orden de la Corte Constitucional para que abra la plaza, sino todavía más importante y da cuenta de la pobreza de pensamiento de ese señor, se abstiene de tomar las medidas necesarias para salvaguardar la integridad física de los chavales que están peleando por sus derechos afuera del coso taurino, porque antes que ser toreros, son colombianos.
Y sí, a Petro le quedó grande, muy grande el cargo.
