ANGEL LIZAMA: Fue vendedor ambulante y chatarrero… ¡SUEÑA CON SER FIGURA DEL TOREO!

 

GUSTAVO MARES

El novillero yucateco Angel Lizama ‘El Papo’ está que no cabe de contento por saberse anunciado en el festejo de este domingo en la Plaza México, donde actuará en el cuarto festejo del serial menor.

‘Eso de verse anunciado en una de las plazas más importantes del mundo es lo  más bonito para un torero. Me hubiera gustado formar parte de una tercia pero sé que pronto lo haré, primero hay que triunfar con fuerza’, señala.

La temporada pasada enfrentó, también en festejo de oportunidad, un burel de Guadiana, reparado de la vista, con el que demostró que tiene gran afición.

Quizá para otros toreros, el verse anunciados con un solo novillo sería motivo de presión pero para Lizama es motivo de alegría pues sabe que no sólo el toreo sino que la vida misma no es fácil y hay que saber aprovechar cualquier oportunidad que se presente, por mínima que pudiera parecer.

‘Mi familia, yo mismo, somos pobres. Mi papá es prefecto de una escuela y en la casa vive él con  mi mamá y mi hermano. Tengo otro hermano pero ya se casó’.

‘Mi maestro, Adrián Flores, siempre me ha dicho que la fama y el dinero están en el morrillo del toro para quién tenga el valor de tomarlo de ahí. Yo quiero ser ese torero que se coma todo el pastel, que gane parné y que no vuelva a pasar fatigas económicas’, reconoce ‘El Papo’, quien para ayudarse ha probado diversos oficios.

‘En una colonia de Mérida vendía Marquesillas, que son como las crepas que aquí se conocen. Iba gritando de cuadra en cuadra ofreciendo mi producto. También he tenido que recolectar plástico y aluminio para posteriormente venderlo y hacerme de dinero’.

‘Incluso probé fortuna lavando carros en un auto lavado. Desafortunadamente ese local cerró y me dieron las gracias. También me contrataban para limpiar terrenos baldíos.

‘Siempre he escuchado que los toros dan dinero y fama, yo los quiero, primero para no pasar fatigas de no saber qué comerás el día siguiente, también para ayudar a mis papas. Siempre hemos vivido en casas rentadas y me gustaría, algún día, regalarles una propia’.

Las palabras de ‘El Papo’ van acompañadas de quien sabe lo que dice, y es que subraya ‘entiendo también que los toros dan cornadas, pero es un precio mínimo por todo lo que te da la fiesta brava’, asegura este torero de 20 años de edad, quien en diciembre del año pasado, en Tampico, sufrió una dolorosa y dura cornada que le pasó a un lado del recto.

‘Claro que duele y mucho, pero como digo, no es nada comparado con todo lo que te pueden dar los toros’, señala.

En lo que va del año ha logrado torear catorce festejos, la mayoría de estos en el sureste de nuestro país, donde se suele lidiar muy grande, a veces de ganaderías registradas pero otras, con bureles de la región y sin registro de la asociación.

‘Todo suma, todo da experiencia y no me puedo poner mis moños sobre si toreo tal o cual ganado. Además, allá en el sureste, después de torear, casi siempre te ganas un dinerito que me viene muy bien’, afirma Angel Lizama, quien tiene condiciones indispensables para poder destacar en la profesión. Atesora valor, afición desmedida,  férrea decisión y sobre todo hambre… HAMBRE DE QUERER SER ALGUIEN EN LA VIDA.