CLAMOROSA presentación de JOSÉ GARRIDO en Manizales, que ni el juez pudo opacar (*Fotos*)

MANIZALES, Colombia.- El juez denegó el indulto al gran sexto y posteriormente el doble trofeo a José Garrido en contra del clamor popular. Oreja para el extremeño que se unió a la del valiente José Arcila. Luis Bolívar anduvo profesional con el lote menos propicio de una gran corrida de Santa Bárbara.

José Garrido apareció ante la afción colombiana y su presentación en Manizales será difícil de olvidar para los más de quince mil espectadores que poblaron los tendidos americanos.

El festejo tuvo y mantuvo su interés en la bien presentada y exigente corrida de Santa Bárbara, que jugó una corrida de notable interés que multiplicó lo sucedido en el ruedo manizaleño.

El valor de José Arcila y la técnica asumida por Luis Bolívar supusieron la base de un festejo, que tuvo como hecho destacado la presentación de José Garrido con un tarde de faenas merecedoras del doble trofeo. se jugó en tercer lugar un castaño de buenas hechuras ante el que Garrido dejó unas cadenciosas chicuelinas que fueron banderín de enganche de una faena, presidida por el pitón derecho, con poder y tesón por parte del diestro extremeño, que acabó calando hondo en los tendidos manizaleños en su primer turno. La espada, en este caso, se llevó el doble trofeo de una faena que consagró al torero anunciado como revelación.

Hechuras veragüeñas en el jabonero sexto que fue el de mejor juego de la tarde, rodilla en tierra lo esperó Garrido en el recibo, y después con la muleta tras brindar a César Rincón. Llegaron series cuajadas por ambos pitones ante la notable codicia del toro, que embestida a embestida fue ganando protagonismo ante un creciente Garrido. Aforaron los pañuelos en una tanda por el pitón izquierdo y el matador escuchó dos avisos, intentando torear ante la negativa del presidente al indulto y el clamor del púalico por el clamor de la vida del toro. Nadie discutió que el trasteo era merecedor de ls máximos trofeos, ni siquiera la estocada delantera, que dio con la importante res en el suelo.

El presidente del festejo no tuvo a bien atender el clamor popular que demandaba las dos orejas para José Garrido.

Todo quedó en una oreja, de plomo y desatendida por la frialdad de un presidente colombiano, que no quiso celebrar la fiesta del toreo ni la de la bravura.