SAN MIGUEL EL ALTO, Jalisco.- Gran tarde de toros se vivió en esta bonita población jalisciense en la que ante más de tres cuartos de entrada se lidiaron toros de Chinampas, bien presentados y que se prestaron para el lucimiento.
El rejoneador Jorge Hernández Gárate, oreja y dos orejas. A pie, Arturo Saldívar, palmas, silencio y oreja en uno de regalo; Diego Silveti, palmas y oreja.
El caballista potosino estuvo por encima de su primero y cortó una oreja. Buena pega de los Forcados de Mazatlán. Con su segundo, mejor burel que el anterior, el caballista lució con las banderillas y desorejó al burel.
A pie, Arturo Macías enfrentó en primer lugar un burel débil al que entendió cabalmente. Pudo cortarle una oreja pero erró con los aceros.
Con su segundo, trazó de nueva cuenta una faena profunda que no rubricó con la toledana.
Regaló un toro, de la misma ganadería, que pronto se apagó. Sin embargo, Saldívar dejó constancia de la profundidad de su tauromaquia y cortó un apéndice.
Diego Silveti, quien emocionó de capote y muleta, no anduvo fino con la espada en su primero y perdió el trofeo que pudo haber logrado.
Con el que hizo sexto, saludó aterciopeladamente a la verónica. Después de picado el ejemplar, Diego se echó el capote a la espalda para realizar un quite por gaoneras ceñidas, quite que presentó Rodolfo Gaona una tarde de enero de 1910 en el desaparecido Toreo de La Condesa. Con la muleta, el menor de la dinastía Silveti realizó una faena variada y de buen corte, con la figura erguida y los muletazos muy sentidos, para cortar una oreja.
*Las fotos son de la oficina de prensa de Diego Silveti
