El matador de toros Diego Silveti cortó una oreja en la ciudad francesa de Villanueve de Marsan, después de una notable faena a un toro de Hermanos Domínguez Camacho.
Silveti fue silenciado tras la muerte de su primer toro. Con ese burel, que tuvo nobleza y buena condición, pero sin excesiva raza, el menor de la dinastía mexicana construyó una faena de temple y gusto, aunque la afición acogió con cierta frialdad su labor, pues en alguna ocasión el toro perdió las manos. Diego pinchó antes de la estocada.
El quinto, segundo del lote del guanajuatense, también se prestó al toreo con nobleza, por lo que Silveti pudo mostrarse a gusto con el capote y la muleta.
La faena tuvo temple y ligazón, pudiendo demostrar su buen concepto del toreo. Lo mató de una gran estocada y cortó una oreja.
El galo Thomas Dufau, silencio y oreja; el español Juan Leal, silencio y dos orejas.