Dicen por ahí que “por algo suceden las cosas”, que “no hay uno sin dos” y que “toda causa tiene un efecto” pero más allá de las leyes humanas, matemáticas y físicas es la manera tan congruente y taurina, además de buen tino y visión que la empresa de la Monumental Plaza México ha tenido para programar de nuevo a los tres chavales que se quedaron a medias el pasado domingo 31 de agosto en la séptima novillada de la Temporada Chica Internacional de Verano 2014, nos referimos al aguascalentense Diego Emilio, al zacatecano Edgar Badillo y al defeño Luis Miguel Cuéllar, quienes debido a un torrencial aguacero hubieron penosamente de suspender el festejo luego de la muerte del tercer astado de San Antonio de Triana, dehesa titular en dicha ocasión.
Sin embargo, en el caso particular de Luis Miguel Cuéllar, quien ese domingo 31 del mes anterior hacía su debut en el coso de Insurgentes, resulta mayormente significativa la decisión de la empresa de volver a programarlo, resarciendo así la injusticia climatológica que afectó al torero y que no dejó que pudiera mostrar su tauromaquia en condiciones normales pues en esas circunstancias era imposible.
Luis Miguel Cuéllar es un torero al que nadie le ha regalado nada, al contrario, su trayectoria ha sido de hecho de estar siempre “remando contra corriente”, aguantando desdenes malajosos y excluyentes tanto dentro como fuera del ruedo pero a base de ello precisamente es que el torero ha ido forjando su carácter, creándose así una especial madurez tanto como hombre que como torero.
De tal suerte que, como todos los novilleros, Luis Miguel tiene ilusiones, motivaciones y deseos de éxito, de ahí que esté más que agradecido con la empresa de la Monumental Plaza México por haberle repuesto la oportunidad y así poder exhibir sus argumentos taurinos este domingo como Dios manda.
Para ello, como ya es sabido, pues en ese sentido no hay ningún reproche, es que el joven espada Cuéllar nunca ha dejado de alistarse física y taurinamente, sabe hacer el toreo, tiene oficio y técnica para desarrollarlo, además de imprimirle su propia sensibilidad.
Así que el próximo domingo se verá nuevamente a Luis Miguel en el majestuoso escenario taurómaco del país, esperando y deseando que tenga toda la suerte del mundo.