¿Miedo de qué?

¿Pensaron que ya me habían dado puerta? No. Aquí sigo reportando para todos ustedes. Pese a que los directivos de este portal me han pedido ser más moderado con mis comentarios, la verdad es que no puedo hacerlo y les voy a explicar por qué.

Bajo el slogan famoso de ‘El Arte no Tiene Miedo’ llegué a mi segundo tendido de sol, listo y dispuesto a deleitarme con José Antonio ‘Morante de la Puebla’.

Todo iba perfecto. Un ambiente inmejorable, tarde soleada, sin viento, bueno, hasta sin los descerebrados ‘antis’.

Todo iba bien, iba, hasta que salió el español y no hizo nada.

Uno toro y nada… Luego el segundo y menos… Regaló un séptimo y apenas destellos aislados.

Fue cuando me pregunté ¿el arte no tiene miedo?, ¿miedo de qué?, ¿no tiene miedo de venir a mofarse del público?, ¿no tiene miedo de que un día se acabe el cuento del arte?, ¿no tiene miedo de que ya no lo contraten?, ¿o de qué no tiene miedo? Que alguien me explique.

Y es que después de ver cómo se arrimaron ‘El Payo’ y Silveti, no me quedó la menor duda de que el español pudo haber hecho algo más que ‘simplemente espantarle las moscas a los toros’.

A mí en la taquilla el boleto me costó normal, es decir el cien por ciento de su precio. Yo esperaría que así como pagué íntegro el boleto, los ‘toreanderos’ como les llaman en mi pueblo, también se entreguen al cien por ciento, pero ‘De la Puebla’ ni entrega, ni nada. Destellos aislados.

Quizá si le pagaran al final de la tarde, dependiendo su rendimiento, otra cosa sería, porque por lo menos a mí, me dio la impresión que vino a la México con la idea de ‘ojalá sea chicle y pegue, y no me exijan’ pero no fue así.

Lo que sí aplaudo es a los de aquí, a los de nuestro país. Se notó claramente el contraste.

Pero para ver cómo se desperdician toros y toros, mejor dénselos a alguno torero mexicano desesperado y ya verán como hace arte o cualquier cosa para triunfar y salir del pozo. Quizá se aprovecharían mejor.

En fin. Me quedo con la disposición y entrega de los mexicanos, además en forma física, que los dos o tres buenos muletazos que pegó el robusto José Antonio.

Y espero que nadie de los aludidos se vaya a quejar con mis superiores, porque de todas maneras, cuando me incorporé al equipo de trabajo lo hice con la condición de que me dejaran externar lo que pienso y, aunque veo que a varios les incomoda, los directivos tienen palabra y aquí estoy.

Nos vemos la próxima.

Reportó para todos ustedes, El Viejo Gruñón.

PD.- Me daría muchísimo gusto que un día, alguna empresa no le pagara completo su sueldo a ‘Morante de la Puebla’ y que cuando éste, con justa razón, levantara la voz para reclamar, que le respondieran con un lacónico ‘es que la afición hoy no salió de vena para pagarte completo’. Lo mismo pero al revés para que viera este señor que así no se vale.