La capilla ardiente del torero José María Manzanares, fallecido ayer a los 61 años en su finca de la provincia de Cáceres, ha sido instalada en la plaza de toros de Alicante, donde permanece abierta desde las 13 horas hasta las 22 horas.
Alrededor de 300 aficionados han recibido con gritos de ‘torero’ los restos mortales de José María Manzanares a su llegada a la capilla ardiente abierta en la plaza de toros de su ciudad natal, Alicante.
Decenas de estos seguidores han guardado fila desde varias horas antes para despedir a Manzanares en la capilla ardiente situada en la Puerta Grande del coso alicantino, junto a una gran foto del diestro.
Entre aplausos, el coche fúnebre con los restos ha llegado a las 13:13 horas al frente de una comitiva en la que estaban los hijos y allegados.
Numerosas coronas habían llegado a la plaza de toros, incluida una de Julio Iglesias, según fuentes municipales, para colocarlas junto a los restos.
La capilla ardiente está previsto que permanezca abierta hasta última hora del día, y mañana se ha fijado una misa de cuerpo presente a las 11 horas en la concatedral de San Nicolás de Bari para, a continuación, proceder al entierro en la más estricta intimidad, por expreso deseo de la familia.
Los restos mortales del torero, a los que se ha hecho la autopsia en el Instituto Anatómico Forense de Cáceres, habían sido trasladados esta noche hasta su ciudad natal, según ha informado su familia a través de un comunicado de prensa.
Del mismo modo, en dicho comunicado los cuatro hijos del torero, Ana María, Yeyes, el matador de toros José María y el rejoneador Manuel, expresan su «profunda tristeza por la pérdida de su padre, al que se sentían muy unidos» y también «agradecen las muchas muestras de afecto recibidas».
Las fotografías que acompañan esta nota corresponden a la llegada del cuerpo del maestro Manzanares a la Plaza de Alicante.