El matador de toros Juan Pablo Sánchez tiene el ánimo por las nubes… pero el cuerpo roto por dos terribles cornadas que sufrió en menos de una semana.
El pasado fin de semana en Pachuca le pegaron una cornada en la pierna izquierda. Lo operaron y el lunes se sometió a una nueva intervención.
Apenas ayer viernes, convaleciente, y con los puntos de sutura en el cuerpo se presentó a torear en Juriquilla… Y el destino le jugó una ‘mala broma’ porque pese a que estaba bordando el toreo, en un momento todo lo cambió por otra nueva visita al quirófano, ahora con la pierna derecha abierta.
Sin embargo, esos percances no hacen mella en su ánimo y desde la habitación de su hotel señala ‘las cornadas son pruebas que te manda Dios. Me imagino para probarte a ti mismo que tienes la vocación’.
‘Más que doler da mucho coraje porque uno llega a las plazas de toros con la firme intención de triunfar. Cuando no se dan así las cosas es que te da mucho coraje e impotencia.
‘La cornada del pasado fin de semana en Pachuca tuvo secuelas, porque el lunes volví al quirófano estando ya en Aguascalientes.
‘Me decían los médicos que no actuara para recuperarme al cien, pero imagínate, Juriquilla está cerca del DF y es un escenario importante. Cómo no iba a hacer todo lo que estuviera de mi lado para actuar.
‘Me duele más en el alma este percance y es que este sábado iba a inaugurar el Coliseo Yucatán, pero ahora sí estoy imposibilitado para torear. Antes porque me quedaba fuerza en una pierna, pero ahora con las dos extremidades inferiores heridas, no puedo.
‘Tendré que esperar a cumplir con los tiempos de reaparición. Ya hablé con mi apoderado y tendremos que aguantar el tiempo necesario para volverse a poner fuertes’, dice Juan Pablo, a quien no le duelen los cornadones que ahora mismo trae, sino que lo que más le duele es no haber triunfado en dichos escenarios.
PARTE MÉDICO
El parte médico del torero herido dice, en su parte medular: «Herida por asta de toro que ocasiona lesión en la cara interna, tercio medio, del muslo derecho, con orificio de entrada de seis por cuatro centímetros, con un orificio de salida de tres centímetros en el tercio superior del mismo en la cara anterior.
«Produce desgarro de facia lata, músculo sartorio, venas superficiales y trayectoria de 15 centímetros hacia arriba y adentro, disecando la facia y saliendo en el lugar descrito. Se realiza lavado exhaustivo con agua, hemostasia y se deja canalización por contraabertura en la parte inferior, localizada a cinco centímetros abajo del orificio de entrada. Son lesiones que no ponen en peligro la vida y dejan incapacidad física por espacio de 15 días, a reserva de vigilar su evolución».