El sol de otoño acarició el amplio campo de la casa brava de Zacatepec y pintó de dorado los pastos que alimenta el paisaje junto a la fauna que ahí se desarrolla. Los ganaderos Juan Pablo, Bernardo y Mariano Muñoz, permitieron el ensayo del buen toreo en su plaza de tientas, de los matadores Jerónimo y Sergio Flores. Al filo del medio día, una a una fueron saltando a la arena seis vacas con dos años cumplidos, astifinas y con presencia, ejemplares que sirvieron a los matadores para desplegar toda la técnica, valor, conocimiento que atesoran y que inundaron el albero y el palco de invitados de torería y solera. El encargado de picar a las hembras fue el propio ganadero Juan Pablo Muñoz quien goza de temple en el brazo para probar la bravura del encaste Murube que guardan en sus potreros. En las labores de ayuda destacaron los novilleros José Mari Macías de Huamantla, José Miguel del D.F. y Carlos Martell de Apizaco, Tlaxcala. Destacó el aficionado práctico Gerardo Muñoz familiar de los ganaderos. En esta ocasión, el dios Eolo no hizo acto de presencia y no hubo viento, un día inmejorable para hacer campo bravo. Previo a los alimentos, el matador Sergio Flores comentó: «Un día muy interesante con vacas que exigieron. Me senti muy a gusto con una segunda vaca. Me siento satisfecho porque son de esas tientas donde sabes que lo que tenía cada animal, se lo pudiste sacar. Al final la vaca fue agradecida y me queda un buen sabor de esta tienta».
Por su parte el ganadero Juan Pablo Muñoz, encargado de picar a las hembras, dijo: «Esta tarde me he sentido regular, porque cuando las vacas son buenas uno se siente mejor. Hoy algunas pensaron mucho, no decidieron pronto ir al caballo y eso hace no esté muy bien». Aprovechó para explicar la pica de vacas: «Aquí no es igual que un toro, que está picado cuando aflojó. En el caso de la vaca, cuando ya está definida la vaca y embiste hasta en tres ocasiones al caballo, pues está vista. Se comprueba su bravura. Gracias por venir».
Por su parte el matador Jerónimo, se ha convertido en tentador de muchas ganaderías de la región Puebla – Tlaxcala: «Estoy agradecido con los ganaderos que nos invitan a tentar porque esto te permite seguir agarrando sitio, verle la cara a los animales. Estoy muy contento de estar en esta tienta aquí en Zacatepec. Siempre disfruto mucho estar aquí por el tamaño de las vacas, lo que te exigen y la bravura que hay aquí». Explicó que en cada ganadería encuentra diferencias: «por lo menos en las ganaderías donde tiento, voy encontrando que cada una tiene su sello. Creo que en México no hay una ganadería que tenga el comportamiento de Zacatepec. A lo mejor algunas por el origen de Piedras Negras, pero ninguna como Zacatepec» confirmó.
Foto: Omar Antonio Oliveros