MEXTICACAN, Jalisco (Especial).- La novillada celebrada en esta población jalisciense tuvo de todo.
El coso registró buena entrada. Se lidiaron novillos de Real de Canoas y uno de Cermeño, desiguales en juego y presentación.
El primer astado, de Real de Canoas, con 360 kilogramos, correspondió al valiente Luis Miguel Cuéllar (Foto).
El burel estaba toreado, visiblemente toreado. En un gesto de profesionalismo y que honra su profesión, Cuéllar le dio pelea a su enemigo y lo pasaportó ante el reconocimiento popular. Bien por Luis Miguel, que tiene que irse curtiendo también en las ‘malas artes’ que seguramente irá encontrando a su paso, señal de que avanza en la profesión, y mal por los organizadores o el criador, quien haya sido responsable de que el burel saliera toreado al ruedo.
El segundo de la tarde fue uno de los menos pesados del encierro y correspondió a Diego Sánchez, quien recibió una benévola oreja.
El triunfador del festejo fue José María Pastor, quien lidió atinadamente a su enemigo al que le cortó, con todos los merecimientos, las dos orejas.
El debutante Román Ruiz, con un astado difícil, cumplió con desbordante afición.