Joselito Adame, un aviso y oreja, en Manizales

MANIZALES, Colombia.- El coso de Manizales registró tres cuartos de entrada para presenciar la segunda corrida de feria en la que se lidiaron toros de Santa Bárbara, bien presentados pero descastados en general.

Se guardó un minuto de silencio por la muerte del maestro José María Manzanares y el periodista y aficionado Fernando González Pacheco.

‘Guerrita’ Chico, vuelta al ruedo y silencio; el mexicano Joselito Adame, un aviso y oreja; Luis Miguel Castrillón, silencio palmas.

LA RESEÑA

La tarde en Manizales iba en picada hasta que salió el quinto de la tarde, de la ganadería de Santa Bárbara, que correspondió al mexicano Joselito Adame,quien logró el triunfo.

Antes de iniciar su labor, los tendidos ya habían rugido gracias al personal estilo con los palitroques de Hernando Franco, ‘Boterito’, ídolo de la afición, que no defraudó, clavó con gran mérito y agilidad pese a su corpulencia y que fue obligado a saludar.

Adame inició después su labor en tablas, ganando terreno hacia los medios para cuajar allí tres tandas en redondo de gran intensidad y ligazón, aprovechando la movilidad del toro. Bajó el nivel por el izquierdo, pero al regresar a la diestra se vivieron los momentos más templados de la faena, llevando largo a ‘Vigilante’ en un final apoteósico rubricado con una gran estocada a toro arrancado. Incomprensiblemente, el palco sólo sacó un pañuelo y Adame tuvo que conformarse con una oreja paseada en medio del clamor y en la que también disfrutó, trago de bota inacabable incluido, el aclamado ‘Boterito’.

Apretado de carnes fue el segundo, que ya de salida manifestó su mansedumbre. Eso, unido a su embestida poco humillada, impidió el lucimiento con el capote de Adame, que se sacó la espina en un ajustado quite por chicuelinas. Cambió a peor su comportamiento ‘Manchego’ en el último tercio, quedándose corto y buscando el cuerpo del mexicano. El poco tiempo que estuvo frente al animal, Adame resolvió con oficio y corrigió muchos de los defectos del toro pero el triunfo fue imposible.

Preciosas hechuras lució el primero de la tarde, recibido con suavidad en el capote de ‘Guerrita Chico’. Se midió en el caballo a ‘Castellano’ y eso permitió que aguantara un par de series antes de agarrarse al piso y manifestar una tendencia a tablas que ya no abandonaría de mitad de faena en adelante. Había comenzado Guerrita la faena en tablas y su obra se desarrolló afanosa intentando tapar la cara del animal y evitar así su huida. Pero aquello no rompió y todo quedó en una ovación.

‘Guerrita Chico’ si logró caldear a los tendidos con el cuarto, tan serio como manso, con el que se mostró animoso y al que exprimió todo lo que tenía. Emborronó su esfuerzo con los aceros.

Pocas esperanzas mostró el tercero de salida. Emplazado en los medios, en cuesta arriba y frenado a los capotes, el de Santa Bárbara ni humilló ahí ni lo haría hasta su muerte. Sin embargo, las malas intenciones que se le suponían en los primeros tercios se quedaron en sosería descastada y sin emoción. Parte del mérito lo tuvo Luis Miguel Castrillón, muy sereno y muy seguro, que consiguió pasajes meritorios que no llegaron al tendido por la condición del animal.

El sexto mostró nobleza y Castrillón, muy evolucionado, volvió a evidenciar aplomo hasta que el animal se lastimó una pezuña y tuvo que abreviar.