Ante las diversas polémicas que han surgido en el escenario nacional sobre la propuesta de algunos legisladores para prohibir la entrada a las corridas de toros a menores de edad, la «Agrupación de Directivos Escolares» del país, estuvieron de visita en la ganadería de San Diego Coyotepec, propiedad del empresario C.P. José Ángel López Lima.
Todo ello con el ánimo de conocer en la intimidad del campo la “fiesta de los toros” y tener mayores argumentos y criterios para orientar a las nuevas generaciones. El grupo estuvo encabezado por el reconocido profesor Othón Fonseca, quien incluyó en el contingente de visitantes a un Licenciado en Derecho con especialidad en Derechos Humanos e Internacional.
De manera didáctica y práctica, el matador en retiro y actual apoderado Ernesto Belmont, el matador zacatecano Luis Ignacio Escobedo, quien regresó recientemente de su viaje por España y el aficionado práctico Luis Miguel Martínez, se dieron a la tarea de explicar a los visitantes sus experiencias de la infancia con la tauromaquia.
Así mismo, recordaron que sus primeros contactos con las corridas de toros fue desde muy temprana edad y no por ello existen condiciones de predisposición a la violencia con sus semejantes.
Por el contrario, el mensaje a los Directores educativos fue que, ante tanta modernidad, se ha olvidado la necesaria convivencia con la naturaleza, resaltar el gusto por las artes en movimiento y peligrosamente se pretende, por intereses de ciertos grupos, confundir a los niños y jóvenes con “humanizar a los animales” sin comprender que los derechos de estos animales están en función de su utilidad para el ser humano. Ya sea en la gastronomía, el espectáculo o en los patrimonios culturales.
Posteriormente, la familia López Zamora, soltó tres vacas de tienta para el matador zacatecano Luis Ignacio Escobedo mientras se explicaba a detalle, toda la ceremonia que en la lidia de un ejemplar bravo existe.
El picador fue el ex novillero Azael Piedras quien mostró sus cualidades como varilarguero; mientras que Luis Ignacio se dio vuelo toreando tres hembras que funcionaron para seguir afinando su toreo. Principalmente las primeras dos vacas tuvieron mucha emotividad, fuerza y bravura.
Finalmente, el profesor Othón Fonseca comentó: “este tipo de actividades en el campo deben fomentarse con mayor frecuencia, nos quitan muchas dudas. Nos llevamos la terea de orientar mejor a nuestros niños. Además Ernesto Belmont fue mi alumno y me da gusto verlo con tanta afición”.
Foto: Jessika Kuhn