Respeto versus intolerancia

Por MARY PAZ GONZÁLEZ, columnista

En una sociedad tan compleja como la nuestra, se hace necesaria la convivencia a partir de valores universales como el respeto, la tolerancia, la justicia, la amistad, el amor, la verdad, el trabajo, etcétera. Esto nos ayuda sobremanera a ir por la vida de la mejor manera posible.

Esto lo traigo a colación porque en días recientes llegó una información a través de las redes sociales, donde se mostraba al toro bravo de una ganadería, matado a tiros y quemado por gente que se dedica al abigeo, pero además, se presume que son antitaurinos.

Fue la administradora de la ganadería Ángel Lascuráin, Sara Enríquez, quien hace esta denuncia pública, además de hacer lo conducente con las autoridades correspondientes. En su misiva explica que se dio muerte a uno de los sementales que se encontraba en los poteros de la dehesa, cuando pastaba con su lote de vacas. Por supuesto que ninguno de los trabajadores se percató del suceso sino hasta horas después, cuando ya no pudieron hacer algo.

Enríquez agrega que por años han sufrido de abigeo de ganado bravo y que los ejidatarios de los alrededores invaden la propiedad destruyendo las cercas para meter a sus reses a pastar en la propiedad privada que se ubica en el municipio de Diego de la Unión, Guanajuato.

Sin embargo, es hasta ahora que se considera la posibilidad de la acción de antitaurinos, debido a la saña con la que mataron al semental, pues no sólo le dispararon sino que también lo quemaron, por lo que no se cree que sea azaroso el hecho de darle muerte a un ejemplar que tiene por función sembrar simiente en su lote.

Tanto se “cacarea” por parte de los “antis” que la fiesta brava es violenta, agresiva, que hace sufrir a los toros, que es un espectáculo denostable, bla, bla, bla. El hecho es que está bien que quieran “defender” a los animales, pero no transgrediendo ni las leyes ni el gusto ni preferencias de las personas. Eso se llama RESPETO señores “antis”.

Respeto a que cada persona puede pensar lo que quiera sin pretender “obligar” a que piensen como yo quiero, ni a que les guste o deje de gustar lo que a mí me gusta o disgusta.

Para gustos se hicieron los colores, reza un refrán y eso quiere decir que cada uno es libre de decidir lo que prefiera, aplicable a todos los aspectos de la vida.

Respeto a los animales que dicen defender, no es aceptable que maten a un semental pretendiendo que acabe su función natural de procreación, intentando con ello que se acabe la fiesta.

Con su intolerancia lo único que van a lograr es acabar con una especie que es creación natural, cuya crianza posterior ha ido derivando en toro bravo, el ser y esencia de la fiesta brava.

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