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El novillero Javier Castro se convirtió en el triunfador de la novillada celebrada este domingo en la Plaza México, donde cortó la única oreja de la tarde, misma que un sector del público protestó, luego de una actuación en la que derrochó voluntad al igual que sus compañeros.
Castro rubricó su primer trasteo con un espadazo fulminante que hizo doblar a su enemigo.
Se lidiaron ejemplares de Marrón, bien presentados, algunos con nobleza, pero en general se impuso la falta de fuerza y sosería.
En su segundo, Castro pegó muletazos que no alcanzaron a construir una faena. Fue despedido con palmas.
Antonio Mendoza enfrentó en primer lugar un burel muy débil que rodó por la arena y con el que las cuadrillas pasaron fatigas para incorporarlo. Para colmo de males, el novillo se le ‘hizo de hueso’ y tardó en pasaportarlo a tal grado que estuvo cerca de que le sonaran los tres avisos. Sin embargo, poco antes alcanzó a descabellar y todo quedó en dos avisos con pitos.
Con su soso segundo volvió a dejar constancia de sus ganas por agradar, pero poco logró.
El debutante Gerardo Solís, aún sin cortar orejas, dejó un grato sabor de boca por la ‘apasionada entrega’ que demostró.
Aún le falta experiencia pero ya la irá adquiriendo. Lo que vale es que tiene afición y valor, condiciones sine qua non para avanzar en la profesión.
A sus dos bureles les colocó banderillas ante el contento popular.
Desafortunadamente escuchó dos avisos con su primero.
Su segundo trasteo lo brindó a Arturo Gilio, quien se llevó una carretada de aplausos.
Su actuación fue empeñosa y con gusto se le volvería a ver.
De esta manera concluyó la penúltima novillada de la temporada en la México, donde se anuncia para el cerrojazo, hasta el momento, a Nicolás Gutiérrez.
En cuanto al ganado, podría ser de Barralva, aunque será la empresa la que dé a conocer la combinación oficial.