CINCO VILLAS: Solitaria vuelta al ruedo de Javier Castro

SANTIAGO CUAUTLALPAN, Estado de México. Sábado 5 de diciembre (Especial).- En medio de un gran ambiente se celebró a partir de poco antes del mediodía de este sábado la que fue última novillada de la temporada en el bello coso “Cinco Villas” que dirige con gran entusiasmo y destacado altruismo el reconocido taurino Luis Marco Sirvent y en la que únicamente se logró dar una vuelta al ruedo por parte del chaval aquicalidense avecindado en Texcoco Javier Castro pero que al final no fue suficiente para que se llevara el trofeo “Silverio Pérez” que estuvo en disputa, declarándose por lo tanto desierto.

Como se sabe, el festejo cincovillero tuvo como temas centrales que se trataba de la Novillada Guadalupana y que era en honor y a la memoria del añorado y célebre matador de toros texcocano Silverio Pérez en el centenario de su natalicio.

Por ello, una vez hecho el despeje de cuadrillas, por el sonido local se dio lectura a relevantes datos biográficos del “Monarca del Trincherazo” como se lo dijera el músico poeta Agustín Lara en su pasodoble “Silverio”, mismo que la banda de música se dio el lujo de interpretarlo, todo ante la presencia de las hijas del que sin igual maestro Silverio Pérez.

De esta manera, ante un lleno apretado en la coqueta plaza de toros “Cinco Villas” se lidiaron seis ejemplares bien presentados de la dehesa hidalguense de Huichapan, que no tuvo problemas y se dejaron torear.

El joven zafrense Miguel Ángel Silva realizó dos trasteos con buen oficio y torerismo pero al final falló con la espada para ser aplaudido en su lote.

El aguascalentense Nicolás Gutiérrez se hizo aplaudir en el primer astado que le tocó en suerte luego de un plausible trasteo pero en su segundo no logró acomodarse, se puso pesado con la espada y le sonaron los tres avisos.

Y el también aquicalidense Javier Castro le hizo la faena a su primero con mucho entusiasmo y terminó por dar la vuelta al ruedo con petición de oreja y en el que cerró plaza anduvo igualmente desenvuelto pero no acertó al matar y todo quedó en palmas

Por lo tanto, el trofeo “Silverio Pérez” que estuvo en disputa se declaró desierto y se determinó donarlo al museo taurino de la finca del maestro Silverio en Pentecostés (Texcoco).