PLAZA MÉXICO: Grave cornada a Martínez Kingston (*Fotos*)

* Para ver las fotos del maestro Angel Sainos, click aquí: Dramático

El drama se enseñoreó esta noche de jueves en la Plaza México, donde el quinto toro de la velada hirió de gravedad al banderillero Mauricio Martínez Kingston, quien en estos momentos es operado en el sanatorio Mocel por el maestro Rafael Vázquez Bayod, Jefe de los Servicios Médicos de la Plaza México.

El quinto astado del festejo prácticamente ‘sacó’ del burladero al banderillero y ahí le infirió una cornada muy grande en el lado izquierdo del tórax.

La hemorragia fue profusa y en la enfermería lucharon intensamente por estabilizar al herido. La cornada pone en riesgo la vida del subalterno.

Con ese burel, que desarrolló sentido, Xavier Ocampo abrevió.

EL FESTEJO

Se lidiaron toros de San Marcos, muy bien presentados pero de juego desigual. Destacó el astado jugado en cuarto lugar, cuyos restos fueron ovacionados en el arrastre.

Abrió plaza Alfonso Hernández ‘El Pali’, quien confirmó. Le correspondió un burel noble pero débil al que pasaportó de estocada.

El diestro Alfredo Gutiérrez enfrentó en segundo lugar a ‘Cuatro Generaciones’ al que toreó cadenciosamente a la verónica. El toro tenía nobleza pero pronto se apagó.

Gutiérrez, por encima, logró una más que decorosa actuación en la que demostró oficio y técnica.

El toro de Juan Fernando, quien también confirmó el doctorado, pronto se rajó. Por ganas el regiomontano no paró.

Christian Ortega, vestido de negro y oro, logró buenos momentos con su burel, el mejor del encierro, al que le pegó templados muletazos. Saludó desde el tercio mientras los restos del astado fueron ovacionados en su camino al destazadero.

Ocampo, quien enfrentó al burel que hirió gravemente a Martínez Kingston, decidió cortar por lo sano.

Cerró plaza Salvador López, quien tuvo que remar contracorriente pues salió en sexto lugar, después de los espeluznantes momentos que se vivieron en el astado anterior.

Con los aficionados preocupados y un ambiente de consternación, Salvador trató de hacerle la faena al complicado burel que un par de ocasiones le puso los pitones en el pecho. Dio la impresión que el toro era burriciego.

El torero, quien signó una actuación profesional, seria y digna, pasaportó al burel con una estocada honda.

Al término del festejo muchos aficionados elevaron una plegaria al cielo para pedir por la pronta recuperación del banderillero caído, quien en estos momentos continúa en el quirófano, donde lucha por salvarle la vida.