José Luis Angelino no se cambia por nadie

 

La vida sin duda no es fácil y en el caso de un torero más aún pues los sabores y sin sabores, la miel y la hiel que, para valorarla mejor, a veces se tienen que tragar, sobre todo cuando se llega a tocar fondo, son lecciones de vida muy duras pero que ayudan a forjar el carácter para sobreponerse y salir al final de cuentas adelante y con la cabeza en alto.

Se dice por ahí que la capacidad para poder con los problemas que tumban al ser humano por el tobogán de la depresión depende de la cantidad de veces que se levante y seguir adelante sin escuchar la cuenta final y una muestra fidedigna de ello es el esforzado matador de toros tlaxcalteca José Luis Angelino, quien luego de superar una larga y peligrosa crisis existencial ha demostrado a lo largo y ancho de este 2015 que si se puede llegar al otro lado del túnel para continuar por un rumbo correcto.

Superado el escoyo emocional, personal y profesional, José Luis se dio cuenta que no era más que en lo suyo donde encontraría el remedio a todos sus malestares vivenciales, el del toreo, el de disfrutar lo que más ama que es torear, vestirse de luces y salir a las plazas a buscar con actitud sobrada los triunfos, esos que en 2015 empezaron en Jalpa el 1 de enero, luego el siguiente domingo 4 en un cartel de selección en la Monumental Plaza México cortar las orejas para salir en hombros y ahora cerrar el año con éxito y ligando dos Puertas Grandes el viernes 25 en corrida navideña en Puruándiro, Michoacán y el reciente domingo en el gran coso de Insurgentes, donde volvió a abrir la Puerta de El Encierro en su honor tras obtener dos apéndices. Sin duda, un año para volver a la vida plena.

Pero cuál es el sentir del torero reencontrado consigo mismo.

“Al final de cuentas el trabajo y la ilusión que hay detrás de todo esto salió a flote. El del domingo fue un compromiso de mucha responsabilidad, se me hizo eterno el tiempo para estar ya vestido de luces en la plaza, jugármela y dar un toque de atención”.

Sobre el lote que enfrentó, un toro de San Marcos y el otro de De Haro, dijo: “No fue fácil el primero, había que imponerse al viento, la gente estaba expectante, el ambiente era pesado pero al final había que ponerle actitud y decisión, ir por todo, lo que dio buen resultado. El otro era muy bonito pero incierto. Había que hacer el esfuerzo, sobre todo al principio de la faena, pues no tenía idea de cómo me iba a embestir por esa incertidumbre que evidenció el toro pero se tragó el cambiado por la espalda y los 20 derechazos que tenía para poder expresar y exponer mi tauromaquia, la que como resultado me hizo alcanzar este triunfo que me ha sabido a oxígeno puro”.

En fin, que sin hacer mucho ruido José Luis Angelino cierra 2015 con dos Puertas de El Encierro en la Monumental Plaza México, la del 4 de enero y la del 27 de diciembre, lo que marca un arduo trabajo y, sobre todo, un auto convencimiento de que había que darle la cara a la vida y ahí están los resultados.

Ahora, al torero de Tlaxcala le esperan cinco festejos por torear en los meses de enero y febrero más lo que vaya acumulando conforme siga en ese estupendo nivel que mostró el reciente domingo en el ruedo de la Monumental Plaza México.