La asociación de Cronistas e Informadores Taurinos de Aguascalientes (CITA) dio continuidad a la serie de Charlas Taurinas mensuales que empezó apenas en enero pasado con la primera de ellas al tener como visitante distinguido al diestro aquicalidense Arturo Macías y ahora contó con la llegada desde San Luis Potosí del destacado espada Fermín Rivera, curiosamente a 58 años de que su abuelo del mismo nombre se despidiera de los ruedos en la Monumental Plaza México cortándole las orejas y el rabo al toro “Clavelito III” de la dehesa de Torrecilla.
El mismo jueves mencionado, antes de llegar al domicilio de CITA, el espada Fermín Rivera ya había toreado y matado un par de toros en la dehesa potosina de Gómez Valle, con lo que se reportó listo para hacerle frente al relevante compromiso que tiene este domingo 21 en la que será la vigésima y última corrida de la Temporada Grande Internacional 2015-2016 en la Monumental Plaza México al lado del valenciano Enrique Ponce, el queretano Octavio García “El Payo” y el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, con astados de Los Encinos y de los Sucesores de Teófilo Gómez.
Una gran entrada provocó la asistencia del diestro Fermín Rivera pues además de los integrantes y aficionados allegados de CITA se contó con la presencia de la Peña “Taurinas Hidrocálidas”, todos envueltos en la magia de un espectáculo tan singular como lo es la Fiesta de los Toros.
En poco más de tres horas de una interesante, aleccionadora y amena charla, Fermín habló de sus inicios como torero, de sus diez años como matador de toros, de lo difícil que le ha resultado ir haciéndose de un sitio dentro de la torería nacional, de la manera tan honesta y seria que tiene para ver la fiesta y su profesión, todo dentro de un marco disciplinario estricto tanto desde el punto de vista taurino como físico pues su entrenamiento, a diferencia de otros toreros, es a base de un programa bien establecido y que sigue al pie de la letra, aparte de su tauromaquia, a la que considera de mucha verdad y sobriedad al declarar que no es de los toreros que venden con una sonrisa al público algo que hizo en el ruedo y no lo merecía.
De igual manera platicó de su lado como criador de reses bravas, el que poco a poco lo ha ido introduciendo de manera fundamental y que ya está en la búsqueda de la crianza de un toro que tenga trasmisión en sus embestidas por medio del refresco que ya le ha dado a la dehesa que lleva su nombre con ganado de Bernaldo de Quirós y La Estancia, además de confesar que en ningún momento tiene pensado meterle sangre brava española.
También tocó el tema reglamentario de la fiesta considerando que actualmente en todas las plazas del país, ya sean de primera, de segunda o de tercera, se quiere llevar el mismo tipo de toro en cuanto a presencia de refiere, lo que no puede y no debe hacerse por las diferente condiciones que tiene cada coso y que al igual que en la Monumental Plaza México se haga en todas las demás plazas de primera categoría, que se aplique lo del registro obligatorio de edades del ganado ante las autoridades municipales, aunque resultaría muy complicado llevarlo a cabo.
Fermín Rivera es un torero que se siente en plena madurez, con diez años de alternativa y 27 de edad, por lo que está en el momento justo de buscar trascender en el extranjero, sobre todo en la Europa Taurina, a donde ya se planea buscar su confirmación de doctorado en el coso Monumental de Las Ventas de Madrid.
Finalmente, además de mencionar lo importantes que han sido su trayectoria sus amigos, asesores y apoderados, don Alberto Preciado Meléndez y Leopoldo Meléndez, el diestro de dinastía taurina hispano mexicana mencionó que cada corrida que torea es, en ese momento, la más importante de su carrera y que la del próximo en la Monumental Plaza México es en consecuencia la de mayor relevancia en su más que meritorio andar como diestro de alternativa.
Así que una vez cuajada la charla con Fermín Rivera firmó el libro de las visitas distinguidas a la asociación de Cronistas e Informadores Taurinos de Aguascalientes, se degustaron sabrosas viandas en honor al invitado y se tomaron las fotografías inherentes a la ocasión.