El VIACRUCIS de EL ZAPATA (*Fotos *SE RECOMIENDA DISCRECIÓN*)

 

ADVERTENCIA: Algunas fotos que acompañan este trabajo pueden herir la susceptibilidad de ciertas personas por lo que se recomienda discreción. Decidimos publicarlas para mostrarle al mundo la dureza del toreo pero también para mostrar que los toreros son, quizá, los últimos héroes casi mitológicos que hay en la actualidad.

* Las fotos son de Angel Sainos, Humberto García, Fernando Moreno y médicos que atendieron al torero. Para verlas, click aquí: Zapata torero valiente

El diestro tlaxcalteca Uriel Moreno ‘El Zapata’ salió ayer del hospital después de los dantescos momentos que vivió la noche del pasado 12 de febrero en la Plaza El Relicario de Puebla, donde cayó gravemente herido al intentar poner un par de banderillas.

La cornada, penetrante de vientre, puso en riesgo la vida del valiente torero, apoderado por TAUROARTE, de los señores Alejandro Hinojosa y Ricardo Montaño.

Esa noche, a la redacción de torosyfaenas llegó una llamada. Era el corresponsal. ‘El Zapata está muy grave, parece ser que trae una cornada penetrante de vientre’ sonó del otro lado de la línea.

Los segundos se hicieron eternos y en esos instantes todo era confusión.

Entrada la madrugada el parte médico era contundente y daba cuenta de los destrozos que causó el toro.

Momentos muy duros que pusieron a prueba la templanza del torero fueron los que vivió en el hospital.

Unos días más tarde, cuando parecía que la pesadilla había terminado, un nuevo problema apareció y es que los intestinos del torero se detuvieron, lo que ameritó una nueva intervención quirúrgica.

Su fortaleza y fe lo sacaron adelante.

Apenas abandonó el sanatorio poblano, el torero se dirigió a la Basílica de Apizaco para dar gracias a la Virgen, que lo ayudó para seguir adelante.

Ahora, a recuperarse en el calor de su hogar, pues quiere reaparecer el 26 de marzo en un doblete. Por la tarde en Texcoco y por la noche en Tlaxcala.

Hoy aquí, en este portal, hemos querido presentarle un recuento del viacrucis que vivió el torero, desde aquella noche del 12 de febrero.