COLUMNA INVITADA: Mirada Taurina de Mujer

¡EL SÍ A LOS NIÑOS!

Por Mary Paz GONZÁLEZ

Apreciables aficionados a la más bella de todas las fiestas, la Fiesta Brava, el tema de los niños -como genérico- en las plazas de toros, reviste la importancia del sembrador. Ellos son las semillas que crecen en un ambiente -cuidado por sus padres y en muchas ocasiones por sus abuelos-, donde las emociones se exacerban, están a flor de piel y explotan en el ¡olé! tras una emotiva faena. Cultivando así una afición que años más tarde darán fruto, dentro o fuera del ruedo.

Y en esta tierra de toros y toreros, además de todos los elementos alrededor de éstos, dicho tema se destaca por la nutrida asistencia de los peques a las plazas. Niños y niñas de todas las edades, desde bebés hasta adolescentes.

Bendita tierra que no presta oídos ni hace eco de algunas manifestaciones en contra de la presencia de los menores en estos lugares, arguyendo que “este tipo de espectáculos incitan a la violencia”.

Digo arguyendo, que no argumentando, porque sus “explicaciones” no tienen fundamento, si bien existe en Aguascalientes una organización que pretende hacer acatar las “recomendaciones de la ONU” en esta materia.

Se dice que “los menores no tienen la capacidad de elegir el espectáculo al que van y que sus padres tienen la obligación de llevarlos a donde se les procure un ambiente sano y alejado de actos violentos, porque provoca que la gente se vuelva violenta”.

Hasta el momento, no se ha realizado una investigación longitudinal que estudie el comportamiento de los niños y las niñas en diversos ambientes “violentos” que exponga como conclusión que el espectáculo taurino cree gente violenta. Se tendrían que incluir aspectos multifactoriales como pueden ser la marginación social, la falta de oportunidades, la pobreza, la mínima o nula escolaridad, entre otras circunstancias

Cuántos ahora figuras del torero se hicieron desde niños, jugando al toro y haciendo realidad su sueño. No son personas que violenten a otros por el simple hecho de ser toreros.

Cada ser humano tiene su propia personalidad, un carácter y un temperamento influido por diversos factores que incluyen la herencia y el medio ambiente, así encontramos gente tranquila, pacífica, enojona y antisocial o de cualquier actitud emocional, procedentes de cualquier actividad, sin exclusivismos.

Pues bien, en la Centenaria Plaza de Toros “San Marcos”, “SÍ a los niños y a las niñas también”.