El novillero Patricio Ochoa no pierde la oportunidad para prepararse y fue ahora en la ganadería de El Junco, donde pudo verle la cara ‘al de las patas negras’ a manera de preparación e intensificando su rehabilitación, de la cual han surgido buenos dividendos, mostrándose solvente y con gusto ante un exigente astado que fue bravo y con recorrido que no permitía confianzas.
En una faena en su mayoría derechista, Ochoa ha trazado muletazos llevando bien prendido al junqueño en la sarga roja con largueza y plasticidad rematando sus tandas debidamente con el pase de pecho.
Por el izquierdo, a pesar de que la res se ceñía y se revolvía en corto, Patricio llevando la muleta retrasada con pases de uno en uno saliendo al pitón contrario pudo eslabonar grandes momentos con temple y gusto rubricando su actuación con estocada entera de efectos instantáneos.