El yucateco Emir Alejandro es aspirante a banderillero en la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros. Abogado de profesión se define como torero por vocación.
Actualmente con 31 años de edad, hubo una época en su vida en la que Emir se ganaba la vida como chonero. Sin embargo, soñaba con pisar algún día las plazas más importantes de la geografía mexicana.
Al percatarse que no podría llegar muy lejos toreando chonadas decidió abrazar la carrera de leyes, misma que se pagó como chonero. ‘En realidad fueron muchos años de ser torero chonero. Ya sabe usted, con toros de media casta, con cebúes… Haciendo el plato y recorriendo la legua. Pero hubo un momento que tuve que buscar algo que me permitiera vivir y terminé la carrera de abogado, misma que me la pagué como chonero’, dice el aspirante a banderillero yucateco.
Señala también que le ilusiona formar parte de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, porque de ser aceptado podrá presentarse, ‘aunque no sea de oro, en las plazas más importantes del país’, lo que no sucedería en caso de pertenecer a una asociación naciente allá en el sureste. ‘Yo respeto a todo mundo pero la veo difícil para la asociación que se está formando por acá’, señala.
Reconoce el futuro subalterno que en sus épocas de chonero contó con el ‘inmenso apoyo de un sindicato afiliado a la CTM, en su momento me sirvió muchísimo y le tengo un grato recuerdo así como mi agradecimiento’, apunta Emir, quien entrena fuerte con la ilusión de poder examinarse pronto para así formar parte de manera oficial de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, la agrupación de profesionales taurinos más solidaria de todas.
