La Feria Guadalupana…
Por Gustavo Mares
Dicen que no hay publicidad mala y quedó demostrado durante la recién finalizada Feria Guadalupana en la Plaza México, donde inicialmente se darían cuatro corridas al hilo pero tras la suspensión del festejo del viernes quedó en una tercia de carteles.
La corrida sabatina se tambaleó. Sin embargo, las piezas se fueron acomodando de tal suerte que lo que parecía sería un festejo destinado al fracaso resultó una tarde en la que la entrada comenzó a repuntar, sin alcanzar los niveles de temporadas anteriores, pero incrementó la asistencia al coso.
Para el festejo sabatino se cayó del cartel el peruano Roca Rey, por recomendación médica. Sin embargo, generó comentarios encontrados en las redes sociales, ya que afirmaban algunos aficionados que su ausencia podría deberse a un movimiento de administración por la tendencia en las bajas entradas.
A diferencia de aquel insípido mano a mano de inicios de mes entre Sebastián Castella y Octavio García ‘El Payo’, tras la ausencia del convaleciente Luis David Adame, la empresa atendió la voz de la afición y programó a uno de los triunfadores de la campaña, el potosino Fermín Rivera, quien hasta ese momento se había convertido en una especie de ‘Campeón sin Corona’ pues luego de haber triunfado semanas antes no fue tomado en cuenta la tarde del enfrentamiento entre el francés y el queretano.
Aunado a eso, el diestro guanajuatense Diego Silveti, con una propuesta taurina renovada, hizo una importante campaña mediática previo a su presentación en la temporada.
Cuando parecía que todo fluiría con normalidad tras la acertada sustitución del torero sudamericano por el potosino, surgió otro problema. Los toros de Barralva.
El juez en turno, en un hecho poco habitual en la historia de la México, decidió rechazar el encierro criado por los hermanos Alvarez Bilbao.
Parecía que todo se iría a pique pero entró ‘al quite’ la ganadería de Santa María de Xalpa, que si bien sus toros dejaron qué desear tuvieron una espectacular presencia, por lo que la oreja que cortó Diego Silveti tuvo todos los honores de un triunfo legítimo.
La empresa supo capitalizar los problemas en torno al festejo sabatino y la entrada reflejó un ligero aumento. Los dos días siguientes la tendencia fue a más, reitero, sin llegar a ser lo que era en otras campañas. Pero se incrementó.
Si el resto de la temporada en la México, tanto en enero como las corridas de marzo, ya no hay más series de tantas corridas al hilo, la instauración de la Feria Guadalupana podría ser bien recibida por la afición de provincia, que muchas veces no hace el viaje a la ahora CDMX para ver su espectáculo favorito porque antes para ver dos corridas había que quedarse aquí una semana. Lo que representa mucho gasto.
Si logra instaurarse el serial guadalupano y se le hace una publicidad adecuada, podría ser de gran interés para la afición de provincia pues en cuatro días, cuatro corridas de toros, lo que disminuye costos y puede ser de interés para los aficionados al ‘Arte de Cúchares’.
Los propios organizadores deberán mantener la calidad del espectáculo en un estándar alto para que realmente valga la pena hacer el viaje y hacerlo con la seguridad de un espectáculo acreditado con el toro ‘hecho y derecho’ para todos los toreros, incluidas las primeras figuras del escalafón. Lo que se irá viendo con el desarrollo de la propia campaña.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Qué diestro capitalino es el flamante apoderado del joven novillero Sebastián Ibelles, quien tiene ‘espolones para gallo’?