Tienen Sed de Triunfo
Gustavo Mares
Comenzó el serial Sed de Triunfo en la Plaza México mejor de lo que uno podría haberse imaginado. Los cuatro toreros, cada uno en su estilo, le salieron a los toros de Rancho Seco, que bien presentados y con astifinas cornamentas, le dieron gran valor a todo lo que sucedió en el ruedo.
El primer triunfador fue el torero de Iztacalco, Juan Luis Silis, alumno del desaparecido maestro Mariano Ramos, quien la tarde del domingo en la México nos hizo recordar al ‘Torero de La Viga’ por su tauromaquia recia y siempre buscando sacar el mayor provecho del toro.
Los que han seguido de cerca la carrera de Silis, apoderado por Fernando Rosique, saben que es un torero que le ha sufrido y mucho. Pese a que tiene muy buenas maneras las empresas no voltean a verle.
Su situación económica no es boyante y cada día representa para él una lucha muy intensa por salir adelante, toda vez que además es padre de familia.
Tuvo gran mérito lo que hizo en el ruedo de la México, pues con ese primero de la tarde, ‘Pelotari’ de nombre que le sirvió para confirmar el doctorado, estuvo al pendiente de toda la lidia, es más, fue él mismo quien bregó y colocó al toro en banderillas.
En el tercer tercio siempre cargó con la espada de acero templado, no usó ayudado. Salió a disfrutar una tarde de miel por muchas otras de hiel.
Ojalá que ‘la Revolución le haga justicia’, pues Juan Luis tiene argumentos y sólo le hace falta tener mayores oportunidades.
Como en el ruedo la emoción del toro serio se refleja no sólo en las suertes de capote y muleta, los subalternos también arrancaron fuertes ovaciones en la que resultó una tarde emocionante.
A caballo, con el burel bravo y enrazado de Oliver Godoy, el varilarguero Alejandro Martínez pegó un buen puyazo.
Pero si a caballo lucieron las infanterías, a pie no se quedaron atrás. Ángel González, durante el tercero de la tarde; Christian Sánchez, en el cuarto, y Héctor García en el quinto salieron al tercio a petición popular.
Y aún sin saludar desde los círculos concéntricos, pero siempre colocado, dispuesto a ‘hacerle el avío’ al compañero que atraviesa por el momento difícil, lució Juan Ramón Saldaña, ejemplo de lo que podría considerarse –para los que chanelan- un ‘Torero Cañón’. Seguridad para su matador y sus propios compañeros.
Sin lugar a dudas, una tarde interesante que se perdieron aquellos que no fueron a la plaza.
Para el próximo domingo, gran interés por los toros de Piedras Negras, que lidiarán Antonio García ‘El Chihuahua’, Juan Fernando, Mario Aguilar y Antonio Romero. En el papel el festejo luce interesante. Ojalá que la afición se retrate en la taquilla. Además, anunció la empresa que durante el resto del serial, niños gratis.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Qué torero podría ignorar ciertas reglas si las cosas en el redondel le salen bien?