El novillero aguascalentense José María Hermosillo se recupera satisfactoriamente de la grave cornada que sufrió ayer en Pedro Escobedo, Querétaro.
Tras caer herido fue trasladado al Hospital Alcocer, de Querétaro, donde fue operado por las manos expertas del doctor Francisco Alcocer.
Aunque no se ha emitido el parte médico oficial del duro percance de Hermosillo, los doctores ya avanzaron el primer reporte médico tras la dura cornada que sufrió en la zona inguinal derecha.
Fue una cornada de dos trayectorias, una que lesionó la vena femoral; la otra, más grave, seccionó la arteria femoral.
Durante su traslado al hospital, el diestro Héctor de Granada y Andrés Zulaica, taponaron la lesión del torero lo ayudó a que el torero herido no perdiera más sangre.
SU PRIMERA CORNADA
Con el ánimo por las nubes y en una habitación de piso, José María asegura que la del domingo fue su bautizo de sangre. Señala que al tirarse a matar sintió un golpe muy duro y seco.
Sintió la pierna mojada pero no se imaginó que llevaba la cornada y menos que fuera tan dura.
El novillero refiere que, según le dijeron los médicos, al momento de la cornada los músculos cercanos a la herida se inflamaron de tal manera que impidieron que la hemorragia fuera mayor y aunado a los torniquetes que le aplicaron la cosa no pasó a mayores.
La pierna presenta buena irrigación y es probable que pueda abandonar el jueves el sanatorio.
De un momento a otro, el doctor Francisco Alcocer dará a conocer el parte médico oficial de esta cornada, que pudo ser mucho más grave.
* Las fotografías que ilustran esta noticia son del momento del sorteo hasta que el torero herido salió del quirófano.