*La foto del torero es de la lente del gran MUNDO TOCA
El novillero Paulo Campero, quien tomará la alternativa el sábado en Tula, Tamaulipas, de manos de Manolo Martínez hijo, es uno de esos casos aislados de toreros ‘como los de antes’. Cambió las comodidades de la vida moderna por la ‘guerra’, taurinamente hablando.
Desde su debut en febrero de 2009 ha sumado alrededor de 32 festejos, algunos de estos en la México y ha sufrido en seis ocasiones la dureza de las cornadas.
‘Afortunadamente no tengo ninguna fractura, las cornadas como sea, sanan rápido’, señala el propio Campero, quien hoy tiene que reunirse con su futuro padrino en la capital de Nuevo León para hacer varios tentaderos.
Campero, quien no goza de una situación económica desahogada, radica en Aguascalientes. Vive en compañía de otros novilleros en una pensión que recibe un peculiar nombre, digno de una película: ‘La torería le llama la Casa del Torero Caído. Antes era una casa de estudiantes pero poco a poco se llenó de toreros que no teníamos un techo. Queda cerca de la Plaza San Marcos’.
‘Al principio sentía raro saber que vivía en la Casa del Torero Caído, hoy me motiva a dar más de mi porque estoy seguro que puedo llegar lejos. Quiero comprarme una mansión con dinero de los toros’.
Al hablar sobre el importante paso que dará, dice ‘estoy muy ilusionado. A partir del fin de semana es una nueva historia, es borrón y cuenta nueva’.
Estos días estará de tienta en la ganadería de Manolo Martínez y hará también lo propio en la dehesa de Dos Ríos, de donde serán los toros para el doctorado.
Sobre la agrupación que avalará ‘el abrazo’, comenta que hoy por la tarde se reunirá el comité de la Asociación de Matadores para definir si le dan o no el espaldarazo. ‘Confío en que no habrá problema. Por lo pronto, puedo comentar que la Unión de Toreros ya me dio luz verde para el doctorado. Confío en que todo se dará bien’.
El cartel sabatino en Tula, Tamaulipas es con toros de Dos Ríos para el rejoneador Cuauhtémoc Ayala y los Forcados Potosinos. A pie, Manolo Martínez y la alternativa de Paulo Campero.
