*Fotos de ANGEL SAINOS
Una interesante tarde de toros se vivió en la Plaza México, donde el rejoneador español Andy Cartagena y el diestro Juan Pablo Sánchez cortaron sendas orejas, en tanto que Fermín Rivera escuchó los tres avisos.
Se lidiaron dos toros de José María Arturo Huerta para rejones, buenos. Los restos del primero merecieron arrastre lento, que por cierto pasó inadvertido. El mejor, el segundo.
Para la lidia a pie fueron de Torreón de Cañas, impecablemente presentados y de juego desigual, bueno el primero, regular el tercero y complicados, segundo y cuarto.
ESPECTACULAR
El rejoneador Andy Cartagena reapareció en la México después de 16 años de ausencia. El español presentó una atractiva tauromaquia en la que combina preceptos clásicos con suertes novedosas.
Hay cosas que nunca pasarán de moda como citar al toro dando el pecho para clavar al estribo. Aunado a eso, el de Benidorm aporta un aire refrescante.
A su primero lo toreó templadamente de costado al tiempo que alternó los lados del caballo para torearlo por el anca derecha y después la izquierda, una y otra vez. Espectacular también en los quiebros y las banderillas al violín. Realizó cada suerte con pureza. Pasó fatigas con el rejón de castigo y escuchó palmas tras un aviso.
Como marcan los cánones, el rejoneador hizo la cortesía –brindis en la lidia a pie- antes de que saltara a la arena su segundo.
Con ‘Luso’, toreó de costado y le dio la vuelta al ruedo con el toro templado muy cerca de la cabalgadura. La parte cumbre llegó con ‘Humano’, caballo que camina sobre las patas traseras. Realizó tres veces la suerte del violín.
Rubricó su labor con ‘Bruja’. Colocó banderillas cortas y se lució demostrando su doma. A petición popular cortó una oreja.
JUAN PABLO SÁNCHEZ
En la lidia a pie, el diestro Juan Pablo Sánchez recibió un apéndice. Fue de su primero. Con la muleta exprimió hasta el último muletazo del burel hidalguense. Cuando tuvo fuerza, en templadas tandas por ambos lados. Cuando careció de ella, se metió entre los pitones para pegar valientes unipases en los que puso los muslos como carnada. Metafóricamente, ‘le arrancó el trofeo al astado’.
Volvió a ponerse en la ‘zona de guerra’ con el complicado cierra plaza. Sufrió un susto, afortunadamente sin graves consecuencias. Fue ovacionado.
FERMÍN RIVERA
Una tarde difícil fue la que vivió Fermín Rivera. A su primero le cuajó faena seria y clásica. Desafortunadamente no anduvo acertado con los aceros y escuchó un aviso.
Con su segundo, toro que fue a menos, realizó firme trasteo, ‘una faena para entendidos’ dirían algunos aficionados. Sin embargo, volvió a errar con la toledana y escuchó los tres avisos.
Ya tendrá oportunidad de ‘sacarse la espina’. Al tiempo.