El diestro español José Garrido tiene hambre de triunfo y un sueño que quiere cumplir: ser consentido de la afición mexicana.
El invierno pasado trajo novedades en la carrera del diestro pacense, que después de dos años en los que se asomó al ‘banquete de las grandes ferias’ como uno de los jóvenes con mayor futuro de la nueva camada de toreros, convirtió el futuro en presente inmediato con un importante viraje en su carrera profesional con el apoderamiento de José María Garzón con quien pasó de ser una ausencia inicial en la Feria de Fallas de Valencia a ser torero fijo del circuito.
Este año que está por concluir fue en ascenso para Garrido, quien avisó en la temprana Feria de Olivenza paseando un trofeo-y repitió, luego, toque de atención en Sevilla cortando otra oreja de un buen toro de Torrestrella.
En Las Ventas de Madrid no hubo fortuna. Apostó fuerte con tres tardes pero equilibró la balanza en Nimes, Francia, en la Feria de Pentecostés donde indultó a ‘Pañero’, un excelente astado colorado de Vegahermosa, al que cuajó de principio a fin.
A partir de ahí, Garrido fue indiscutible en todos los ‘puertos’ de envergadura del año. Puntuó en Granada, Algeciras, Badajoz, Pamplona, Mont de Marsán (Francia), El Puerto de Santa María, Valladolid, Albacete, Logroño, larga lista en la que destacó colosal tarde en Cuenca, donde cortó cuatro orejas, y la mejor rúbrica posible al año en Zaragoza, donde puso el cerrojazo a la temporada europea con importante triunfo en la Feria de El Pilar.
José Garrido tiene el ánimo a tope y le ilusiona saberse anunciado en la segunda parte de la Temporada Grande en la Plaza México, donde está puesto en el festejo del 14 de enero, fecha en la que alternará con Ignacio Garibay y Diego Sánchez, quien confirmará la alternativa, con toros de Arroyo Zarco, ganadería propiedad de Fernando Pérez Salazar.
