*Fotos de Angel Sainos
Los rejoneadores Emiliano Gamero y Luis Pimentel dieron sendas vuelta al ruedo en festejo de la especialidad, con el que la Plaza México recibió el naciente año.
De no haber fallado con el rejón de muerte, -que no hoja de peral pues fue proscrita hace muchos años- se habrían cortado por lo menos un par de orejas.
En fría tarde y ante floja entrada se lidiaron toros de las dehesas hermanas de San Mateo, San Marcos y San Lucas, que cumplieron en términos generales.
Abrió plaza Emiliano Gamero, quien lució con los rejones de castigo y las banderillas. El burel perdió fuerza, lo que obligó a los Forcados de Alcochete, Portugal, a realizar una pega muy en corto. El rejoneador así como el cabo del grupo lusitano saludaron desde el tercio.
A su segundo, Emiliano lo toreó bien pero lo mató mal. Pudo cortar una oreja pero todo quedó en vuelta al ruedo tras un aviso.
Los Forcados de Mazatlán pegaron espectacularmente al primer intento.
Debutó el tlaxcalteca Luis Pimentel, quien poco a poco se fue asentando. En su primero escuchó un aviso. Los Forcados de Mazatlán, a través del valiente René Tirado, firmaron una estupenda pega al segundo viaje.
En su segundo templó espectacularmente a la grupa. Acortó distancias y pudo haber cortado un apéndice de no haber errado con el rejón de muerte.
El torero a caballo tlaxcalteca dio la vuelta al ruedo en compañía de los forcados lusitanos.
El potosino Sebastián Torre, enjundioso, tuvo división de opiniones en su primero, burel al que pegaron al primer intento los Forcados de Alcochete.
En el que cerró plaza pasó un apuro al resultar desmontado y sufrir un fuerte golpe en la cara. Se repuso y volvió a la cara de su enemigo.
Pasó fatigas con el acero, echó pie a tierra y escuchó división de opiniones tras un aviso.
La temporada en la Plaza México continúa el domingo con las actuaciones de los diestros Jerónimo, Juan Pablo Llaguno y la confirmación de alternativa de Antonio Lomelín, con toros de Caparica.