El novillero Héctor Gutiérrez, triunfador del pasado domingo en la Plaza México no puede ocultar su felicidad después de la gran faena que trazó con ‘Izquierda de Oro’, novillo de D’Guadiana que fue indultado y del dijo apenas lo toreaba de capa ‘este va a ser’.
Hoy, el aguascalentense disfruta la miel de la profesión pero en 2016 probó la hiel de las cornadas. Un burel le pegó dos en el tórax. ‘La profesión de torero es así de intensa. En 2016 en la México un novillo de El Vergel me pegó mi bautizo de sangre. Dos años después, un sueño hecho realidad. Desde que salió el novillo me hizo concebir esperanzas por el trote que tenía. Cuando me percaté que era muy obediente al toque y que se arrancaba de largo me emocioné y dije este va a ser. Mientras más le exigía al novillo, más acometía. Fue de bandera’.
‘Me hubiera gustado cortarle el rabo pero la afición es la que manda y quería el indulto, que el juez otorgó. Fue un reconocimiento muy merecido’, señaló Héctor, quien entre mayo y junio volará a España, donde tiene algunas fechas firmadas.
Reconoce que un burel como ‘Izquierda de Oro’ exige un importante fondo físico para el lidiador: ‘Cuanto se torea con profundidad, la respiración es fundamental, para lograrlo hay que tener una buena condición física porque es intenso y desgastante’.
El aguascalentense, de 19 años de edad, asegura que: ‘Ya quiero volver a la México. Me gustaría mucho reaparecer lo más pronto posible y si pudiera torear todas las semanas ahí,lo haría. Ya llegará el momento, como matador de toros, de seleccionar carteles o fechas, no sé. Pero ahorita en esta etapa si por mi fuera actuaría diario’.
En las corraletas
Héctor Gutiérrez estuvo de visita en las corraletas de la México para ver a ‘Izquierda de Oro’, que fue atendido y curado por los veterinarios y una vez que tenga ‘luz verde’ de sus doctores regresará al campo bravo de donde salió y donde ya le esperan no menos de cincuenta bellas ‘odaliscas’.
*Fotos de H. Gutiérrez