‘¡Arrímate!’, el consejo de la mamá de Arturo Soto, previo a doctorarse el domingo

‘Gracias a Dios, después de tocar muchas puertas y pasar muchos sin sabores, voy a poder tomar la alternativa. Es un sueño hecho realidad. Le agradezco con el alma a los maestros Miguel Ortas Miguelete y Eulalio López Zotoluco, que han creído en mí. No tengo palabas de agradecimiento por todo lo que han hecho por este servidor’, asegura Arturo Soto, quien este domingo tomará la alternativa en El Relicario de Puebla, de manos de Federico Pizarro y de testigo Héctor Gabriel, con toros de José Arroyo.

Soto llegará al ‘abrazo’ con 50 festejos menores toreados. Considera que, pese a que ahora mismo el  ser matador de toros no es bien visto por muchas personas que desconocen el ambiente taurino el hecho de poder cumplir un sueño es una meta que pocos chavales de su edad pueden lograr: ‘He tocado muchas  puertas y he sufrido  muchos sinsabores. Así es la profesión de torero, Aunque muchas personas la desconocen, la profesión taurina te abre muchas puertas, la taurina es una carrera que te curte como hombre y como ser humano. El solo hecho de conocer el ambiente taurino te abre un panorama que nunca imaginaste. Va más allá de lidiar toros en el  ruedo, es una escuela de vida’.

Apenas ayer estuvo realizando labores de tienta en la dehesa de José Arroyo, de donde procederán los toros para el anhelado doctorado.

‘Este sueño que estoy viviendo, no sería posible sin el apoyo de algunos señorones que he conocido en el camino como el doctor Rafael Herrerías Olea, Mario Zulaica y el empresario José Arroyo, quien es mi apoderado’, afirma el mexiquense, que llegará al doctorado con poco más de medio centenar de festejos toreados.

Soto, para quien no ha sido fácil llegar a la anhelada alternativa, confiesa que cuando decidió abrazar la carrera de torero encontró en su señora madre un duro obstáculo a sortear: ‘Es que tuve un hermano mayor, que siendo aún un bebé, te hablo de unos cuantos meses, murió. Entonces, cuando quise ser torero, mi madre me puso muchos obstáculos. En un principio estaba en desacuerdo, quizá por el recuerdo de mi hermano muerto, pero con el paso del tiempo, se percató de que mi vocación es la de torero y ahora es la que más me apoya, de hecho, es ahora ella la que me exige que me arrime, me dice que sólo así podré llegar a ser figura, que no hay otro camino’, confiesa el mexiquense, que hoy estará en la Basílica de Guadalupe para bendecir el terno que vestirá el domingo en uno de los momentos más importantes de su vida profesional.