Regresó a su ganadería el novillo ‘Moralista’, de San Martín, indultado el pasado fin de semana en Monterrey, luego de ser lidiado por el novillero yucateco André Lagravere ‘El Galo’.
El burel, que recibió el más alto honor para una res brava, fue curado y atendido por los veterinarios, que autorizaron su traslado a la ganadería de donde salió para darle lustre a su divisa.
‘Moralista’ vivirá a ‘cuerpo de rey’ en el campo bravo, donde una vez recuperado de las huellas de la batalla ya le esperan más de cincuenta ‘odaliscas’.
Un toro o un novillo indultado, jamás regresan al ruedo y a diferencia de una res de abasto que está destinada a morir, el ganado de lidia pelea por su vida y en ocasiones como esta, cuando lo logra, asegura una existencia plácida y cómoda en a ganadería que lo vio nacer, lo que no disfrutan otras especies que son también para el consumo humano.