Los toros de Fernando de la Mora, que se lidiaron en la Plaza México, tuvieron muy bonita lámina. Todos bien presentados, incluso un par de ellos arrancaron la ovación en cuanto saltaron al ruedo, pero fueron descastados, débiles y sosos. El segundo de Juan Pablo Sánchez, un manso perdido. El mejor, el séptimo de regalo, con el que el francés Sebastián Castella pudo haber cortado una oreja de no haber echado a perder su trasteo con un terrible bajonazo. El coso registró un cuarto de entrada.
En cuanto a los toreros, el balance artístico fue el siguiente: Sebastián Castella, un aviso, un aviso y vuelta al ruedo en el de regalo; Octavio García ‘El Payo’, un aviso, silencio y un aviso; Juan Pablo Sánchez, silencio y un aviso. Al finalizar el paseíllo se rindió un minuto de aplausos a la memoria del gran aficionado Artemio.