El diestro Luis Gallardo se recupera del percance que sufrió el pasado miércoles en el festival que se realizó en Tezontepec, Hidalgo, donde un astado de San Francisco de Asís le pegó una cornada en la pierna izquierda de tres trayectorias de 13, 10 y 8 centímetros, respectivamente.
Es el sexto percance que sufre. Hacía ocho años que Gallardo no estaba ‘en el hule’.
La operación se llevó a cabo en Pachuca y estuvo dirigida por los doctores Francisco Chong Barreiro y Rubén Alvarado. Sobre el percance, dice: ‘No me duela la cornada, porque esos son los gajes del oficio y los toreros sabemos a qué nos exponemos. Me duele que este festival era mi primer compromiso del año y ni siquiera pude pegar un muletazo, porque el burel hacía cosas muy extrañas, se colaba y buscaba el cuerpo. Le intenté pegar un capotazo para sacarlo de las tablas a los medios y se fue contra mí. Inmediatamente me sentí calado’.
‘La ambulancia en la que me iban a trasladar no tenía ni un curita. Afortunadamente, no interesó ningún órgano vital y no tuve mucha hemorragia. Me iban a llevar a un pueblo cercano que era el único para el que tenía autorización la ambulancia. Les di las gracias y mi papá, que me acompañó, me llevó a Pachuca. Me fui sin anestesia, ni nada. Gracias a Dios me puse en manos de extraordinarios médicos. Fue hora y media en la carretera con el muslo partido. Quiero reaparecer pronto’, confesó Luis, quien agradeció a la Unión Mexicana de Toreros, a la que pertenece, el hecho de contar con una amplia póliza de gastos médicos mayores.
Gallardo le había prometido a su hijo ‘regresar para ver una película, pero no pude volver. Mi chaval tiene siete años y es la primera cornada que le toca. Sabe que es parte de la tauromaquia porque me ha acompañado a las plazas de toros. Me escribió una emotiva carta’, confesó.