Columna Alternativa: Votos renovados

Votos renovados

Por Gustavo Mares

El pasado fin de semana arrancó la Feria del Caballo en la Plaza Silverio Pérez de Texcoco, donde en la primera corrida del serial mexiquense se realizó una corrida de siete toreros que enfrentaron un serio encierro de Brito. Inicialmente sería lidiado un encierro norteño, sin embargo, diversas circunstancias hicieron que la empresa se decantara por el ganado tlaxcalteca propiedad de Patricio Slim Domit.

En el cartel se anunció a Jorge López, Sergio Cerezo, Salvador López, Carlos  Fuentes, Juan Rodolfo Islas, Rodrigo Cepeda ‘El Breco’ y Ángel Espinosa ‘Platerito’.

El cartel resultó interesante e incluso generó incertidumbre y es que la característica fundamental de los siete valientes toreros anunciados es que pocas oportunidades han recibido de las empresas. En mayor o menor grado, pero suman algunos de ellos varios años sin haber vestido de luces o por lo menos de no hacerlo con regularidad.

Entonces haberle salido al de negro en esas circunstancias convierte la actuación de los siete matadores de toros en una gesta. Haber salido por su propio pie de la Plaza Silverio Pérez tras enfrentar el puntal encierro de Brito fue ya ‘per se’ un éxito, algo que no pudo hacer Rodrigo Cepeda ‘El Breco’, quien se llevó un tabaco grande que le lesionó la vena safena y que marcó su bautizo de sangre.

Al día siguiente del percance, el torero texcocano confesaba a este reportero que desde el primer momento que lo prendió el burel sintió que llevaba la cornada. Ya no pudo regresar al ruedo y reconoce que en su camino al hospital no pudo contener el llanto, pero no por el dolor propio de la herida, sino porque se esfumaba la anhelada oportunidad.

Cada torero que participó en este festejo sabatino tiene su propia historia cuesta arriba por la falta de oportunidades.

El primer espada Jorge López hacía cuatro años que no vestía de luces en un festejo de esta categoría. Algo similar experimentó Salvador López, quien tres años atrás no había partido plaza. Y así, el resto del cartel.

Sin embargo, poco les importó a estos siete valientes el tener poco o nulo oficio, porque éste sólo se adquiere toreando. Con la misma ilusión con la que las figuras salen a lidiar un encierro de una dehesa de postín, ellos salieron al ruedo de la Plaza Silverio Pérez a enfrentar toros cuya procedencia -aunque los toros no tienen palabra de honor- suele complicar la vida de sus lidiadores.

Salieron bien librados y pese a la cornada de ‘El Breco’, el balance fue positivo puesto que por el poder y astifinas cornamentas de todos los bureles que saltaron al ruedo, el percance del diestro texcocano pudo ser peor, pero de allá arriba le hicieron el ‘Quite Providencial’.

Lo que resulta lamentable es que los medios de comunicación especializados en materia taurina, poca repercusión le dieron a la actuación heroica de estos matadores de toros que no escurrieron el bulto pese a que enfrentaron una dura prueba.

Los toreros que participaron el sábado en Texcoco deben estar satisfechos con su desempeño porque afrontaron el reto con gran profesionalismo y verdad.

Ojalá que su esfuerzo se vea recompensado en contratos. Pero más allá de eso, hoy los siete deben estar muy orgullosos porque pese a la poca actividad que tienen ratificaron sus votos de que son, pese a todas las vicisitudes, toreros en toda la extensión de la palabra.

Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Qué ganaderos de bravo suelen vender sus toros a empresarios de jaripeo?