Columna Alternativa: Si hubiera sido español

Si hubiera sido español

Por Gustavo Mares

Las imágenes que llegan en tiempo real desde la monumental madrileña de Las Ventas, que en menos de una semana registró dos heridos de gravedad, dan cuenta del alto nivel de competencia que hay ahora mismo. No se puede salir a estar ‘sólo bien’. La lucha es descarnada y cada tarde hay que estar dispuestos a dejar la vida en el ruedo, literal.

Mucho se ha hablado de la cornada de Román, quien ya abandonó el área de terapia intensiva.

El reconocimiento a los doctores es obligado. Pero vale la pena comentar la forma tan burda en que trasladaron al herido rumbo a la enfermería. Afortunadamente, desde allá arriba –para los que son creyentes- les hicieron el avío y alcanzó a llegar.

A diferencia de Las Ventas de Madrid, considerada por ‘escribas y fariseos’ como ‘El Vaticano del Toreo’, aquí en nuestro país, gracias a la visión del maestro Rafael Vázquez Bayod, Jefe de los Servicios Médicos de la Plaza México, el método para trasladar a los heridos del ruedo a la enfermería dista mucho de la manera tan desordenada en que los subalternos españoles trasladaron a Collado.

En la México, con base en el protocolo que se usa en el ejército, el doctor imparte constantes cursos a los monosabios, que son los que en primera instancia tienen pronto contacto con los heridos. Los subalternos también, dependiendo el momento de la lidia pueden estar más o igual de cerca que los monosabios. Pero los hombres de plata traen capote, lo que en un símil bélico representaría su arma de cargo con la que tienen que alejar al ‘enemigo’ para permitir que se lleven al herido.

Vázquez Bayod se ha empeñado en hacerles ver a los ‘de plata’ que auxilian más alejando al toro de la zona cero, que dejando el capote en la arena para llevarse al lesionado. Para eso están los monosabios, perfectamente adiestrados. Unos taponean las heridas, otros ventilan al torero para que respire. Todos, perfectamente ordenados y a una sola voz.

Los cursos que imparte el galeno jalisciense valen la pena tomarlos porque muchos de sus principios se aplican también en el día a día.

Quizá, si el maestro nacido en Sayula, Jalisco, hubiera visto la luz primera del otro lado del charco hasta una calle con su nombre tendría. Pero no. Por eso es que a muchos les pasó ‘de noche’ el traslado de Collado a la enfermería madrileña. En la México el traslado y  manejo del herido está a la vanguardia. Pero no se ha sabido valorar en su justa medida.

Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Qué pasaría si surge un nuevo sindicato de profesionales taurinos?