‘Claro que me gustaría mucho actuar en la temporada chica de la Plaza México. Es más, ojalá me pongan que ahí voy a estar’, asegura categórico el novillero queretano Diego San Román, quien apenas el pasado vienes salió a hombros en el primer festejo de la Feria de San Fermín en Pamplona.
Las declaraciones de Diego contrastan con las de muchos jóvenes toreros hoy día, que en un afán equivocado de ‘administrarse’ prefieren ausentarse de las plazas de primera. Sin embargo, San Román, quien tiene un valor que espanta, es claro y asegura: ‘La México es una de las plazas más importantes del mundo y quiero torear ahí’.
Sobre los buenos comentarios que ha generado durante su campaña europea, afirma: ‘Soy un novillero al que le gusta hacer lo que siente en ese momento. Me gusta la emoción. Ponerme ahí donde se siente el cante. Muchas veces me han preguntado si soy un torero de arte y puedo decirte que soy un torero que sale a arrimarse. El arte llegará, pero la emoción esa está siempre ahí’.
San Román ha generado muy buenos comentarios por el valor espartano que atesora. Le gusta ponerse en la ‘línea de fuego’, ahí donde están las cornadas, pero también el dinero y la fama. ‘Pisar ahí no es sencillo. Pero si en verdad quieres destacar en esta profesión, tienes que hacerlo. No hay otro camino, ahí está el maestro Roca Rey, por ejemplo. En lo personal, cuando me paro en la línea de fuego y el cuerpo me dice que no, es cuando el alma y mi corazón me dicen que sí y te plantas ahí dispuesto a todo’, reconoce Diego.
Las palabras del enrazado novillero mexicano evocan aquella frase del inconmensurable ‘José Alvarez Juncal, matador de toros’: ‘Hay dos tipos de toreros: los de arte y los de bragueta. Los de bragueta, a cobrar; los de arte, a acompañar’… y el queretano está decidido ‘a ganar parné’.
