Gracias a su vocación de torero, ÁNGEL GABRIEL sortea las pruebas de la vida

‘Prometí que si el día de mi debut me iba bien dejaría de fumar y volvería a encender un cigarro el día en que tome la alternativa, antes no. El toreo es mi vida y no está bien que un novillero tenga esos malos hábitos. De momento, la colilla de aquel cigarro lo tengo en mi altar’, dice Ángel Gabriel, novillero que a sus 18 años de edad ha tenido que sortear fuertes golpes de la vida.

Hace poco más de dos años decidió abrazar la profesión de torero en su natal Tenango del Valle, Estado de México. Un par de problemas pusieron a prueba su templanza. Primero, lo expulsaron de la preparatoria. Segundo, duro y doloroso, la separación de sus padres. ‘Fueron momentos complicados. La verdad la preparatoria no era lo mío. Lo de mis papás fue un duro golpe, sin embargo, como ya andaba en torero encontré en mi profesión fortaleza, porque al final del día, lo que pasa en el ruedo es un reflejo de la vida’.

Al día de hoy, reconoce que la relación con sus padres no es buena e incluso, generalmente la comunicación entre ellos brilla por su ausencia. ‘Con mi papá tengo un poco de contacto, pero con mi mamá, no. el día de mi presentación me reconcilié con ella mediante una carta’.

Debutó Ángel el pasado 5 de diciembre en Tepetitlán, Hidalgo, donde obtuvo dos merecidas orejas. Además, ha hecho el paseíllo en el Cortijo Los Ibelles, Ixtlahuaca, Tenancingo y León, con el corte de varios trofeos.

El mexiquense, que tenía puestas sus ilusiones en torear en la Plaza Arroyo, lamenta no estar anunciado en el elenco, aunque no pierde la esperanza: ‘Me preparé muy duro para Arroyo. Así es esto. Lo importante es que aún no empieza la campaña y la ilusión muere al último. Ojalá se abra un espacio para mí’.

Recién regresó de Perú, donde acompañó al diestro Salvador López, sobre el viaje comenta: ‘Fue un viaje bonito. Afortunadamente, tenía algo ahorrado y pude ir. Aunque los viajes en carretera son difíciles porque son caminos peligrosos. Pasé más miedo en la carretera que en el ruedo’.

Su estancia en aquel país fue fructífera pues toreó en la dehesa de Fernando Roca Rey, además de que pudo salir de sobresaliente en Cajamarca: ‘Allá echan todo muy serio. El matador Salvador López me llevó a ver al toro que le tocó en suerte y me dijo que si lo veía muy grande y no quería salir, que no lo hiciera. Pero claro que yo fui allá a torear. Tanto trabajo, tanta carretera, comer roedores todo el día, cuando bien nos iba, porque hubo días que sólo comimos una vez… claro que me vestí y le salí’. Y presume orgulloso, ‘allá me gané mi primer sueldo como torero. La empresa me dio un parné después de salir de sobresaliente’.

Sobre la próxima temporada chica de la Plaza México, el mexiquense asevera: ‘Si me programan sería mi sueño más grande. Sería una apuesta que estoy seguro ganaría’.

Durante su paso por las filas menores, Ángel ha tenido oportunidad de realizar muchos tentaderos, además de que en su palmarés se cuenta la lidia y muerte de 18 toros a puerta cerrada.