Columna ALTERNATIVA: Nadie regala nada

Nadie regala nada

Gustavo Mares

Comparar a los diestros mexicanos con los que nos visitan más allá de nuestras fronteras, específicamente del otro lado del Atlántico es desproporcionado. No es parejo, pero más allá de lo anterior es notorio el gran nivel que demostró Luis David en la pasada Feria de Bilbao, donde se vio la cara con las máximas figuras y respondió a máxima altura con tan sólo tres años de alternativa. Aunque algunos ‘valientes de internet’ criticaron sus triunfos hay que ser claros y en la fiesta brava nadie regala nada.

Hay que subrayar que el desarrollo de los toreros allá y aquí es diferente. Aunque en ambos países se vive ‘la guerra’, allá se han cerrado mucho las oportunidades para los toreros mexicanos. Hay que recordar que no hace mucho tres toreros hicieron campaña en España sumando un buen número de festejos. Fue en 2013, cuando irrumpieron en la escena hispana Arturo Saldívar, Diego Silveti y Joselito Adame.

España es reconocida por sus grandes ferias y también por sus grandes escuelas taurinas en las que cuentan con diversos apoyos del estado para su desarrollo. Aquí debemos de nombrar escasos, pero inconmensurables ejemplos como es Aguascalientes, Guadalajara y Tlaxcala. Generalmente, el resto de escuelas sobreviven gracias a la iniciativa privada que invierte. Y eso de ‘invierte’ es entrecomillado, porque son contados ‘los valientes’ que apuestan hoy en día por las carreras de los futuros matadores de toros.

Los toreros mexicanos, con o sin alternativa, que están en España no están allá ‘por su linda cara’. Deben entregar resultados, rendir frutos. El nivel de exigencia que tienen es enorme y está claro que están dando la cara.

En México nos caracterizamos por quejarnos de ver salir adelante a nuestros compatriotas, siempre tenemos la excusa perfecta y damos justificaciones porque unos torean más que otros. Es típico que en el mundillo taurino que siempre que se menciona a algún torero, surgen comentarios de que torea porque su apoderado es amigo de la empresa, o porque su papá tiene un restaurante e invita al empresario a comer, o por que el torero tiene una hermana muy guapa y el empresario salió con ella. Siempre existe una justificación mal infundada y muchas veces lo que no ven es que la única recomendación que se tiene con el toro es el capote , la muleta y la espada. No hay más.

En México hay muy buenos toreros en los que se ha creído mucho y apoyado fuerte. Generaciones enteras de toreros perdidas por falta de carácter, ambición y profesionalismo.

Con la inminente apertura de la Plaza México en septiembre, tocará el turno de las filas menores. Hay esperanza que en esta nueva generación de toreros salgan dos o tres que lleven gente a la plaza. Entre los chavales aztecas ‘hechos en México’ se cuentan a Sebastián Ibelles, quien atesora técnica de matador de toros y a quien anteceden muchas visitas al campo bravo. Otro es Cristian Antar, triunfador en Arroyo y quien apunta al cante, entre otros. Nombres como los de José María Mendoza, Juan Pedro Herrera y Ramón Jiménez también hay que seguir con atención.

En el grupo de los mexicanos ‘hechos en España’, cuyos triunfos en plazas de máxima categoría no cualquiera puede presumir, se cuentan a Diego San Román, Héctor Gutiérrez, Miguel Aguilar, José María Hermosillo, Alejandro Adame e Isaac Fonseca, entre otros.

Seguramente, en las novilladas de la México habrá oportunidad de ver a algunos de los toreros arriba mencionados. Unos con más técnica que otros; algunos con más transmisión, más arte o más valor, pero todos sin excepción saldrán a dar lo mejor de sí a pesar de que en redes sociales puedan criticarlos por no ser españoles.

Muchas veces se nos olvida que la sangre de los toreros mexicanos también es roja.

Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Qué torero en retiro da la cara para que un empresario vetado pueda montar festejos taurinos?