Columna ALTERNATIVA: Parece que fue ayer

Parece que fue ayer

Gustavo Mares

 

El tiempo se ocupa de poner a cada quien en su lugar. Luego de que políticos y actores de dudosa calidad moral se rasgan las vestiduras al afirmar que la tauromaquia genera violencia y que a ese espectáculo acuden hordas de ‘primates sedientos de sangre’, la realidad que vivimos y que se puede constatar a través de cualquier medio de comunicación es muy distinta a la que nos plantean personajes como los mencionados.

Apenas la semana pasada en San Luis Potosí  en un juego de futbol, con Querétaro de visita, se armó una gresca dantesca, algo que difícilmente se verá en una plaza de toros. En ese espectáculo al que van familias enteras, un desadaptado de la parte general rompió el concreto de las tribunas para arrojarlo a la porra rival ¡eso es intento de homicidio!

Poco después se armó la campal entre aficiones de ambos equipos. Llegó a tal grado que el partido se suspendió. Los buenos aficionados, porque los hay, bajaron a la cancha para salvar la vida. Dramático.

Resulta patética la indolencia de las autoridades ‘balompédicas’ que se ‘echan la bolita unas a otras’.  A todos ellos, los profesionales del futbol, se les olvida que son ídolos de niños que tienden a imitar sus conductas. Imagine usted la gravedad del caso.

La tauromaquia, por el contrario, es una escuela de vida, de principios y valores. Describirlos cada uno llevaría mucho espacio.

Del otro lado del Atlántico, ahora mismo es claro quién ‘escupió para arriba’. Cuando en Barcelona echaron para atrás la tauromaquia alegaban que genera violencia, que era tan grave como la trata de personas.

Hoy, esas mismas personas que atacaron la fiesta brava, con sus acciones están demostrando que ‘lo que Juan dice de Pedro, habla más de Juan, que de Pedro’.

En este mismo espacio señalamos muchas veces que la prohibición catalana tenía exclusivamente tintes políticos. Hogaño está clarísimo.

Comentábamos también que el mal llamado ‘animalismo’ enfocaría sus baterías, después de la tauromaquia, a otros sectores. Ya está pasando. A través de la red comenzó a circular una campaña para evitar el consumo de leche de vaca. Después seguirán las pescaderías, las pollerías y las carnicerías.

La violencia desmedida que generan los antis muchas veces es solapada por las autoridades. Por ejemplo, afuera de la Plaza México, un grupúsculo de inadaptados se ha dado a la tarea de insultar a los aficionados que acuden a un espectáculo legalmente constituido. La policía no hace algo por resguardar la integridad de las familias que acuden a la plaza de toros. Van acompañadas de niños, que son objeto de las groserías y ofensas de esos personajes.

Todavía es buen momento para que el alcalde en Benito Juárez, Santiago Taboada Cortina, trabaje en consecuencia. Tome usted nota, aquí lo estamos consignando el 23 de octubre de 2019. Ojalá no tengamos que escribir en un futuro: ‘Se le dijo’.

Las personas son libres de manifestarse, pero también son libres de acudir a su espectáculo favorito con total seguridad. Además, y eso sí es grave, el maltrato infantil es duramente castigado. Tal vez nuestras autoridades no lo sepan, pero la violencia no sólo es física, también es verbal y visual.

Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿A qué valiente torero le pide su padre que no se arrime tanto cada tarde?