*Foto Angel Sainos
APIZACO.- Ante media entrada en tarde agradable se lidiaron toros de De Haro, bien presentados y de juego desigual. Destacó el tercero, cuyos restos merecieron arrastre lento. Fermín Rivera, silencio y oreja; Antonio Mendoza, palmas y oreja; José Mari Macías, ovación y tres avisos.