El novillero colombiano Nicolás de San Juan se comunicó a esta redacción para dar a conocer que no sólo busca fortuna como torero, sino que al mismo tiempo se ha convertido en un activista a favor de la tauromaquia en diversos frentes, pues además de que es gestor cultural del arte de lidiar reses bravas, tiene una escuela taurina itinerante en el bonito país cafetalero.
‘Estoy dedicado ciento por ciento al toro’, señala desde el sur del continente americano.
Aprovecha las relaciones que deja la tauromaquia para abrirse paso y cristalizar sus proyectos.
Imparte entre las nuevas generaciones, muchas de las veces en las escuelas, clínicas taurinas en las que explica de manera didáctica la historia y la relación del toro y el hombre.
‘Es una conferencia que dura 45 minutos y que comienza con la cultura de Creta. Habla de la historia y la evolución de la tauromaquia, pasando por la literatura, la escultura, la música, todas las bellas artes’, apunta el torero nacido en Bogotá.
Respecto a la escuela taurina que dirige, comenta que es la Escuela La Sagrada Concepción, en el municipio de Une, Cundinamarca, a una hora de Bogotá, ‘a donde viajo todos los domingos a entrenar. Llevamos un año con este proceso y tuvimos un curso práctico. Tres de los alumnos más adelantados ya participan en tentaderos’.
Nicolás de San Juan se toma muy enserio la vocación taurina y compagina su profesión de torero, con la de activista taurino en varios frentes.