Texto y fotos: ÁNGEL SAINOS
TLAXCO, Tlaxcala.- El Rancho La Escondida, propiedad de la familia Ortega Blanca fue el escenario de un interesante festival en el que el protagonista fue el diestro en retiro Miguel Villanueva, torero de culto en la zona del Altiplano, quien derrochó sapiencia y serenidad, dos conceptos harto complicado de conjugar en el toreo. Cortó una oreja, pero eso fue lo de menos, lo que ejecutó, cada lance, cada trazo ahí quedó para los afortunados aficionados que se deleitaron con el inconmensurable Villanueva.
El torero en retiro le dio la lidia adecuada a su bravo astado de De Haro al que dominó para correrle la mano con poder y hondura. El maestro tlaxcalteca ‘hace ver fácil lo difícil’, por lo que en más de una ocasión sus propios alternantes le jalearon los muletazos.
Se lidiaron astados de diversas ganaderías en concurso. Saltaron al ruedo ejemplares de De Haro, bravo y con clase; Tepetzala, bueno pero justo de fuerza; Zotoluca, complicado y de Atlanta, bravo y con transmisión, sus restos fueron ovacionados en su camino al destazadero. Todos los astados, muy bien presentados.
Miguel Villanueva, oreja; José Luis Angelino, toreó bien pero mató mal, vuelta al ruedo; Manuel González ‘Montoyita’, palmas; Héctor Gabriel, ovación.
Tras el paseíllo se brindó un minuto de aplausos a la memoria del recientemente fallecido torero y ganadero Gabino Aguilar.
El astado de Tepetzala ganó el concurso de ganaderías.
Como es habitual en todo el estado, el festival cumplió con los protocolos sanitarios que indican las autoridades.