Alberto Huerta ‘la vio cerca’ en el quirófano

El diestro Alberto Huerta, convaleciente luego de que le colocaron seis tornillos en la columna vertebral, justo en la zona lumbar, mejora paulatinamente y es probable que este sábado abandone el sanatorio, sin embargo, es el propio torero el que recuerda un momento crítico que pasó durante la intervención quirúrgica.

‘Comenzó a bajarme la presión sanguínea de forma muy rápida y la frecuencia cardiaca bajó a menos de 30, por lo que el corazón bombeaba menos sangre y hubo necesidad de que el cuerpo médico aplicara un electroshock’, señala el propio torero a través de un comunicado que envió a esta redacción.

‘Al mismo tiempo me aplicaron una inyección que aceleró el torrente sanguíneo’, agrega.

La intervención quirúrgica estaba inicialmente programada para durar cuatro horas, pero se alargó seis horas y media.

Cuando despertó de la anestesia, el torero poblano carecía de fuerza en la pierna izquierda, sin embargo, poco a poco la ha ido recobrando.

Y en cuanto se puso de pie, ante el asombro de los galenos que le atienden, el torero tomó una almohada para pegar templado natural.

Alberto Huerta tiene una asignatura pendiente y es que quiere vestir de luces ‘para despedirme como es debido’. Sobre la operación a la que se sometió, comparte: ‘Una vez más vi la muerte de cerca, pero me peló los dientes’.