Había que triunfar, sí o sí: Miguel Aguilar

Gustavo Mares

La parte fuerte de los Festejo de Aniversario celebrada el pasado fin de semana en la Plaza México arrojó un sólido triunfador, el flamante matador de toros Miguel Aguilar, quien tomó la alternativa al lado dos toreros que lo superaban en experiencia: El madrileño Julián López ‘El Juli’ y el queretano Octavio García ‘El Payo’… Pero no lo superan en hambre de triunfo.

Desde que se abrió la puerta de cuadrillas, el hidrocálido irradió una alegría contagiosa y más de una ocasión se le vio manteniendo un diálogo interno, que seguramente habrá sido intenso. ‘Hasta ese momento reparé que tomaría la alternativa en el festejo más importante del calendario mexicano, la corrida del 5 de febrero. Estaba como soñando. Desde los días previos todo fue un sueño’, asegura el flamante matador de toros.

Sobre las palabras que le dijo su padrino, el español ‘El Juli’, el diestro hidrocálido con la amabilidad que le caracteriza confiesa: ‘Eso es algo que no quisiera comentar. Es algo que me guardo para mí, porque representa muchos años de sacrificio. Espero lo comprendan, pero me deseó lo mejor y que pueda vivir de esta profesión’.

Desde hace cinco años abandonó su hogar, porque tuvo oportunidad de irse a forjar como torero a España. ‘El esfuerzo y el trabajo se vio reflejado en ese cartel’, abunda.

MUCHO CORAZÓN

Durante su paso novilleril por la plaza de Insurgentes al hermano del desaparecido matador de toros Mario Aguilar se le vio trazar el toreo clásico. El pasado sábado podría haber dado la impresión que su propuesta taurina tuvo una transformación, pues aunque también emocionó con el toreo clásico de figura erguida y mano baja, de repente sorprendía al ponerse de rodillas para lo mismo pegar una serie de derechazos citando de largo, que pegar espeluznantes manoletinas.

‘No es que mi propuesta taurina haya cambiado como tal. Claro que siempre hay una evolución, pero también se disfruta el toreo de hinojos cuando se hace con el corazón. Además era una tarde en la que no podía irme sin lograr el triunfo. Había que buscarlo de alguna u otra manera’, manifiesta.

‘Desde que salí del hotel con rumbo a la plaza estaba convencido de que saldría triunfador sí o sí. Es decir que no había otro camino para lograr mi cometido’, comenta Miguel, quien cuajó emocionante trasteo al segundo burel de su lote.

‘Las embestidas del sexto toro me gustaron. Me dejaron expresar y mostrar lo que llevo dentro’, apunta.

 

EN GUADALAJARA

Aunque por el momento no tiene definido si hará campaña en el viejo continente, al diestro le agrada la idea de sumar fechas tanto aquí como allá.

Lo que ya está segura es la fecha en la que estrenará su doctorado: ‘Será el 13 de marzo en la Plaza El Nuevo Progreso de Guadalajara, donde alternaré con Octavio García El Payo y Leo Valadez para lidiar un encierro de Fernando de la Mora’.

Por último, sobre su propuesta taurina, en la que se nota la escuela española, el diestro comenta: ‘Se nota la escuela española porque allá me hice, pero el sentimiento es mexicano. No creo que el toreo sea español o mexicano es universal cuando emociona’.

 

MÁS VALIENTE QUE ÉL

Algo que caracterizó la triunfal actuación sabatina de Miguel Aguilar en la Plaza México fue el valor espartano que demostró a lo largo de la tarde. ‘Puso al público al filo de la butaca’, dirían los revisteros antiguos.

Sin embargo, llamó la atención que su señora madre, ubicada en una barrera de sombra, jamás dejó de aplaudir y sonreír con orgullo, mientras más cerca del cuerpo le pasaban los pitones a su hijo.

A la pregunta: ‘¿Torero, quién es más valiente, ella o usted?’, el matador de toros de Aguascalientes dice en el acto: ‘Ella, eso ni dudarlo’.