*El novillero ha estado en varias dehesas, pero fue recientemente en la de Santoyo donde por vez primera lidió y mató un toro con más de 500 kilos
ADIEL ARMANDO BOLIO
La administración del novillero mexiqueño avecindado en Aguascalientes, Diego Garmendia, informa que continúa con su preparación en diversas ganaderías a lo largo y ancho del campo bravo nacional, tocando de manera reciente estar en el rancho Salitrillo de Chinampas, sitio donde se haya la ganadería de Santoyo, casa de la divisa en azul celeste, rosa y oro, propiedad del matador de toros Paco Santoyo, vecino del municipio de Ojuelos, Jalisco, donde el joven espada se probó con determinación lidiando y estoqueando un toro que pesó 510 kilos.
Según se informa, dicho astado le permitió corregir la técnica y afinar detalles para sus próximos compromisos y, por su puesto, con miras a su reaparición en los ruedos, misma que ya está en puerta. Fue entonces un toro bueno que le exigió estar a la altura y recuperar el sitio que tenía.
De esta manera, la jornada campera le permitió a Diego disfrutar de cada lance, pase y esfuerzo que ejecutó en la plaza de tienta. Ha sido una prueba vital para el torero, de mucha importancia, porque luego de ocho meses de recuperación de una grave cornada le pudo ver la cara a un toro hecho y derecho.
Así se apunta que con esto queda de manifiesto que Garmendia ha superado las secuelas del complicado percance, tanto en lo mental como en lo físico y en lo taurino.
Por ello, al respecto comentó: “La verdad me sentí a gusto luego de ocho largos meses de no poder estar en la cara de un toro. Fue importante porque logré estar bien con el toro, me dejó disfrutar y me permitió ver mis avances tanto en mi técnica como en mi condición física. Me siento contento para los compromisos que vienen por delante y para mi reaparición”.