Rafael de Alba, curtido en la guerra

El diestro Rafael de Alba tiene el ánimo a tope, porque el día 20 en Almoloya de Juárez, Estado de México, sostendrá un mano a mano con el tlaxcalteca Uriel Moreno ‘El Zapata’ para lidiar toros de diversas ganaderías, festejo que será abierto por el rejoneador Diego Louceiro, en compañía de los Forcados Amadores de México.

El mexiquense tomó la alternativa en 1999, de manos del coloso hidalguense Jorge Gutiérrez. A la fecha, luego de 23 años de haber recibido el abrazo con el testimonio de Eulalio López ‘Zotoluco’, suma alrededor de veinte corridas de toros ‘oficiales’.

‘No son muchas, pero también he toreado mucho en el sureste y también en Centroamérica. En la frontera sur de nuestro país se dan una gran cantidad de festejos, pero no con el concepto tradicional de corridas de toros que vemos por acá’.

‘En Guatemala por ejemplo hacen espectáculos con toros de casta y media casta en los que habemos toreros, pero también personas que hacen otro tipo de espectáculos relacionados con ganado bravo o de media casta. Es duro esa es la guerra, pero además te traes un dinero que buena falta hace’, comenta el torero que a sus 55 años de edad luce fuerte y con la ilusión intacta.

ALTAS Y BAJAS

Como todo en la vida, De Alba vivió momentos importantes en su profesión, ‘pero la falta de apoyos me impidieron llegar a la cima’, reconoce. Pese a ello, las 24 horas del día ‘vive en torero’.

Tiene su residencia en el campo mexiquense, por lo que aprovecha muy temprano el día: ‘Tengo algunos animalitos y les doy de comer, incluida una vaca brava que recién parió. Eso hago antes de que salga el sol, apenas sale comienzo a hacer ejercicio para mantenerme en forma. Hay una ilusión muy grande que me hace no desfallecer’.

‘Nada me gustaría más que confirmar la alternativa en la Plaza México. Es mi más grande sueño. Por eso entreno fuerte todos los días’, señala De Alba, quien trabaja en el gobierno mexiquense, lo que le permitió verse anunciado en el cartel: ‘El presidente municipal Óscar Sánchez García y mi jefe, Abraham Monroy Esquivel tienen afición, pero además consideran que la tauromaquia es parte de nuestra cultura y fue así como surgió la idea de este festejo a beneficio del DIF Local’.

AL CAMPO

Estos días, De Alba estará de tienta en el campo bravo con la mira puesta en la tarde del 20 en Almoloya de Juárez, pero con la ilusión firme en que en algún momento podrá recibir el anhelado abrazo en el coso más grande del mundo.

Como si no tuviera en la geografía de su cuerpo las huellas de once cornadas y doce fracturas dice: ‘En la México, en una corrida de selección, con el ganado que sea. No quiero que me den, sólo que me pongan donde haya. De lo demás me encargo yo’.

A continuación, uno de los toros para el día 20: