Angel Sainos, texto y foto
TULA, Hidalgo.- El matador de toros capitalino Salvador López, firmó una triunfal encerrona, la primera de su carrera, con la que celebró diez años de alternativa.
El balance fue triunfal y al término del festejo logró salir a hombros, sabedor del deber cumplido.
Se lidiaron toros de Huichapan, bien presentados y de juego desigual.
El coso registró un tercio de entrada en tarde soleada.
Tras el paseíllo, los alumnos del Taller de Tauromaquia de la Ciudad de México, del que López es director, le rindieron un breve pero emotivo homenaje.
La faena del primero de su lote la brindó al presidente municipal de Tula, Manuel Hernández Badillo. El trasteo, con el logró buenos pasajes tanto de capa como de muleta, pudo haberle redituado en el corte de un trofeo, sin embargo erró con los aceros y todo quedó en palmas tras un aviso.
El segundo de su lote fue un bonito castaño, muy típico de la ganadería hidalguense propiedad de los sucesores de Adolfo Lugo Verduzco, con el que el torero de la Ciudad de México eslabonó una importante pieza artística en la que eslabonó derechazos y naturales templados, que le fueron coreados con fuerza. El reconocimiento a su apasionada entrega, las dos orejas.
Al tercero de la tarde le realizó una faena de altos vuelos, pero no la rubricó con la toledana. Palmas tras un aviso.
El que cerró plaza se despitorró y fue devuelto a los corrales. Al término del festejo, Salvador López fue izado a hombros de la entusiasta afición, una salida a hombros muy valiosa para el torero, que se ha abierto paso por la libre, sin el apoyo de las grandes empresas.