El becerrista Salvador Santoyo, de once años de edad, fue operado con éxito de la mano derecha por el doctor Jorge Uribe Camacho, jefe de los servicios médicos de la Asociación Nacional de Matadores de Toros. Chavita, como le dicen sus allegados, sufrió la semana pasada, una fractura en la mano derecha mientras toreaba en Atlacomulco, Estado de México, donde al pasar un toro sobrevino el percance.
Aquel día, el joven torero fue trasladado a la Clínica Atlacomulco San José, con Antonio Almanza Monroy como responsable sanitario con cédula 10541111. Ahí fue operado y le colocaron tres clavos, sin embargo, la intervención quirúrgica no resultó exitosa, por lo que Uribe Camacho tuvo que tomar ‘cartas en el asunto’ y atendió a Salvador, a quien le colocó unas placas, que deberá traer alrededor de un año.
La operación que se llevó a cabo en la Ciudad de México fue un éxito y anoche mismo el becerrista abandonó el sanatorio.
De no existir complicaciones en dos semanas le retirarán el yeso para que pueda comenzar con su rehabilitación.
NIEGAN DOCUMENTOS
La nota negativa del calvario de Salvador Santoyo la está dando la Clínica Atlacomulco San José, porque además de que la intervención quirúrgica, que practicaron Roberto Méndez Alvarado y Ángel López, no estuvo a la altura de lo que se supondría, en el tema administrativo el hospital pone muchas trabas para dar las facturas y los documentos oficiales que avalan el proceso al que fue sometido el becerrista y que por ley tiene derecho.
Se sabe que durante el cobro del servicio hubo muchas anomalías, pues los encargados del hospital recibieron en efectivo el pago del servicio médico pero al parecer no quieren reportarlo por lo que las autoridades hacendarias están informadas de esta anomalía.